Real Madrid
Real Madrid - Valladolid, (1-0): Un gol y un portero
Vinicius marcó el único tanto del equipo de Zidane y Courtois salvó con paradas milagrosas
El cambio de planes en mitad de un partido es ya habitual en Zidane. Cuando los partidos se le embrollan y chocan contra el portero o el larguero, cuando ve que los suyos no encuentran las puertas de entrada, dibuja otro equipo, abre el campo y busca soluciones. Lo hizo contra el Valladolid y le salió, de nuevo. El partido fue más pesado que bueno y el Madrid no lo rompía porque a Jovic le faltó una pizca de suerte. Así que lo quitó, dio paso a Vinicius y también a Asensio y enseguida, en un robo de balón, en un doble rebote que llegó del rival, marcó el brasileño. Entre eso, la consistencia y que Courtois va dejando paradas impresionantes en cada partido, el Madrid resolvió un día algo atascado.
Zidane es una caja de sorpresas, pero también va dejando pistas o va mostrando en el campo sus intenciones o deseos. Que parece ahora que Jovic es el que más posibilidades tiene de salir del equipo porque hay varios clubes interesados en él, pues va el entrenador francés y le da su segunda titularidad consecutiva, lo que es un indudable voto de confianza para el delantero serbio. Y le sirvió al futbolista, se creyó importante, porque se le vio mucho más activo que otras veces, como con más ganas. Tuvo dos remates en la primera mitad que pudieron cambiar el ritmo del partido. Y sobre todo, dispuso de un remate al larguero en la segunda parte que tuvo que haber sido gol. No lo fue y como contra el Betis, se quedó sin marcar. Pero ese día se pasó gran parte del choque desesperado porque no le veían y no llegaban los balones. Frente al Valladolid, fue lo más punzante de los de Zidane durante la primera mitad. En la segunda, tras su remate al palo fue sustituido para que le cambiara la suerte al campeón.
No va a ser un Madrid espectacular, porque no lo fue al final de la temporada cuando se llevó LaLiga. Sin Hazard, que se va perdiendo batallas y ya suman más en las que no ha estado que en las que ha participado, el equipo pierde alegría en ataque y eso le pesa. Dominó y tuvo ese par de llegadas de Jovic para desnivelar el choque frente a un Valladolid insistente y al que el paso de los minutos le daba la razón con su fútbol. Sólo le falló en el plan los errores constantes en el gol del Madrid y que para marcar a Courtois, ahora mismo, se necesita un fuera de serie. El belga hace paradas que son tan estéticas y valiosas como un buen remate.
Se cerraron bien los de Sergio, estuvo muy atento su portero Roberto cuando hizo falta y buscaron salir con Orellana por todos lados y buscando los despistes de Odriozola por la derecha. El lateral derecho volvió a jugar en LaLiga con el Real Madrid después del partido de Mallorca de la temporada pasada. Aquel naufragio fue un punto de inflexión. Después, se marchó al Bayern, fue campeón de la Bundesliga y de Europa y ha vuelto como se fue, con las mismas virtudes: parece que va en moto, pero su velocidad le sirve, sobre todo, para arreglar lo que rompe. No se ha adaptado al equipo y necesita centrarse más en el juego y no en su velocidad.
Odriozola estuvo en un lado y en el otro Marcelo, que Zidane hace rotaciones siempre y más cuando juega dos partidos por semana. No lo intentó mucho el brasileño y por eso le costó tanto al equipo blanco superar la dos líneas defensivas del rival. No era un equipo ancho y por el centro era muy complicado. Aunque Isco estuvo más vivo que Odegaard en esa nueva posición de media punta, tampoco ayudó a resolver el problema. Lo mejor del Madrid llegó cuando cambió el ritmo y pudo correr un poco. Para eso, nada como la zancada de Valverde. Zidane confía en su músculo para hacer daño y si se pone a trotar es muy difícil pararlo.
Pero fueron destellos, no fueron regulares los blancos.. El Madrid no va sobrado de goles y tampoco de espectacularidad. Pero sigue siendo el equipo eficiente que remontó y se llevó LaLiga hace tan poco.
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