Atlético de Madrid

Fútbol

Llorente despierta al Atlético

Marcó a los 19 segundos de empezar la segunda parte y cambió la cara de su equipo. Luis Suárez remató la victoria cumplido ya el minuto 90

Los jugadores del Atlético celebran el gol de Llorente
Los jugadores del Atlético celebran el gol de LlorenteBallesterosEFE

El gol de Marcos Llorente funcionó como un despertador para el Atlético. El «14» rojiblanco hizo uso de su velocidad para perder de vista a Mandi en el área, llegó hasta la línea de fondo, levantó la cabeza para dar un pase atrás, pero vio que Bravo le ofrecía la portería y la metió por el palo más cercano con la izquierda.

Sólo tardó 19 segundos en marcar Llorente desde el saque de centro en la segunda parte. El gol no tenía nada que ver con lo que había pasado hasta entonces: Tampoco lo que vino después se pareció mucho a la primera mitad. Bravo empezó a trabajar y en la misma jugada vio cómo Herrera mandaba un balón al poste y tenía que esforzarse para detener el disparo posterior de Carrasco.

El belga probó también la atención del portero del Betis con una falta directa desde la mitad del campo visitante que el chileno despejó con una mano.

El Atlético había despertado tras el descanso. Lo que había ofrecido hasta entonces era su cara más habitual, aburrida, sin ocasiones. Para eso ha llegado Luis Suárez, para concretar las llegadas de su equipo. Al Atlético le faltaba el gol y ya tiene el goleador. Pero le sigue costando marcar.

Luis Suárez hace cosas extrañas para él. Tuvo dos ocasiones que desaprovechó con remates extraños. El gesto del disparo era antinatural en el uruguayo, con la posición del cuerpo forzada. Influye en eso el juego del Atlético, que no lleva la pelota hasta el área para rematarla, y su falta de velocidad. No es tan rápido como era el «9» del Atlético y probablemente nunca lo vuelva a ser.

Su obsesión por el gol le llevó a intentar una volea de espaldas a la portería casi desde el centro del campo. Un sinsentido que no iba a ningún sitio. Pero Suárez no se resiste a intentarlo. Lo hizo también con pelota parada, en la falta que costó la expulsióna Montoya. Mateu Lahoz vio tarjeta amarilla en el derribo a Carrasco, que se preparaba para controlar la pelota en el borde del área sin nada más por delante que Claudio Bravo. El árbitro rectificó después de revisar la jugada en el VAR. Pero Luis Suárez no mejoró la puntería.

Para eso estaba Llorente, que aprovechó la debilidad de la defensa del Betis. Tampoco la del Atlético se mostraba muy segura. El costado derecho que defendía Trippier era un agujero por el que se colaban Tello y Álex Moreno a gran velocidad. Fekir se juntaba con ellos para formar un triángulo que hacía mucho daño.

En el espejo, Lemar no hacía el mismo daño. Simeone insistió con el francés, le dio otra oportunidad de sentirse útil, pero ni participa ni centra con acierto el ex jugador del Mónaco. Dejó su lugar a Carrasco en el descanso y el Atlético lo agradeció. El belga tiene algo que no tienen la mayoría de sus compañeros, el atrevimiento, el desborde.

Como Joao Félix, al que el Cholo dejó una vez más en el banquillo. Tuvo varias oportunidades el portugués que no supo concretar. Al Atlético le costaba echar el cierre al partido y tuvo que ser Luis Suárez, ya pasado el minuto 90, el que rematara la victoria rojiblanca. Lo hizo sacando provecho a sus limitaciones. Se asfixiaba en la carrera y vio la luz con la llegada de Lodi a su izquierda. El brasileño se la devolvió y todos respiraron.