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Real Madrid: las razones por las que Eden Hazard ilusiona al madridismo

El belga reconoce que está cansado, pero quiere más minutos para llegar a su punto máximo de forma. El Inter le espera el martes con media Champions en juego

Eden Hazard, sonriente, atiende a los medios tras el Real Madrid-Huesca
Eden Hazard, sonriente, atiende a los medios tras el Real Madrid-HuescaAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

Hazard llegó al Real Madrid como lo que es, uno de los mejores futbolistas del mundo, pero en el casi año y medio que lleva vestido de blanco todavía no ha tenido la oportunidad de demostrarlo. Las recurrentes lesiones lo han mantenido más tiempo fuera que dentro del campo y por eso el madridismo se ilusiona al verlo de vuelta. Y es una buena señal que el belga asegure, después de encarrilar la victoria ante el Huesca, que está «cansado». Eso significa que puede enlazar esfuerzos y marcar diferencias.

A veces se olvida que el Real Madrid ganó dos títulos el curso pasado (Liga y Supercopa de España) sin casi poder contar con su gran estrella. De los 51 partidos que los blancos jugaron la temporada anterior, el belga sólo estuvo en 22, lo que supone un triste 43,1%, y en el ejercicio actual suma sólo ochenta minutos en los primeros nueve encuentros. Zidane quería a Hazard en el equipo para ocupar, esta vez de verdad, el hueco dejado por Cristiano Ronaldo. Lo eligió como su referencia, el futbolista distinto que da un salto de calidad. Pero Zizou se las ha tenido que apañar sin él, porque entre lesiones musculares y la articular que sufrió en el tobillo derecho, Eden no ha podido ser Hazard.

«Estoy muy contento por su actuación. El otro día jugó veinte minutos y hoy (por ayer), desde el inicio. Debe ir poco a poco. Sabemos la calidad que tiene, ha metido un buen gol, lo necesitábamos en la primera parte. Puede hacer muchas cosas en el campo», reflexiona ZZ, que se frota las manos con el abanico de opciones que se le abre teniendo al belga en plenitud.

Parece que esta vez sí será la definitiva, algo que también se intuía en aquel enfrentamiento en el Santiago Bernabéu contra el PSG de la Champions pasada. Iba claramente hacia arriba el mediapunta, pero un pisotón de Meunier en el tobillo derecho lo devolvió a la casilla de salida. Aquello le supuso 67 días fuera y perderse 17 partidos. Le dio tiempo a volver antes del confinamiento, pero fue un espejismo.

Recaída en la misma zona, casi 80 días de baja y adiós a la temporada de no haber sido por el coronavirus. Todo se detuvo por la pandemia y pudo regresar en la parte final del curso, aunque nunca al nivel que se le supone. Es curioso que en siete años en el Chelsea no había estado disponible únicamente en ocho partidos y con el Real Madrid ya se ha perdido treinta y seis.

A comienzos de este curso se fue con Bélgica y su seleccionador, Roberto Martínez, reconoció que no estaba para jugar. Necesitaba una puesta a punto que se ha visto retrasada por una lesión muscular. De ese último percance, Hazard regresó a lo grande, con unos minutos de máxima exigencia en el Borussia Park ante el Mönchengladbach. Rozó el gol en Alemania y lo encontró ayer frente al Huesca en el Di Stéfano. Y no uno cualquiera, un golazo que casi se generó él solo con un giro para burlar al defensor y un obús con la pierna izquierda desde fuera del área. Fue un chispazo que decidió el encuentro. «Sabemos que puede jugar entre líneas y que lo hace muy bien en esa posición», argumentaba Zidane, feliz por el segundo gol de su estrella con la camiseta blanca y el primero después de 392 días.

El único que había hecho hasta ahora fue al Granada, una vaselina deliciosa después de una recuperación y un pase de Valverde, el mismo que le dio el balón ayer para que hiciese magia. Mucho tiempo entre una diana y otra para un futbolista como él, acostumbrado a dar asistencias y también a marcar con frecuencia. «Fue un muy buen gol, recibí de Valverde y disparé. Estoy feliz por mí, por el equipo y por el madridismo», contaba Hazard en inglés, idioma en el que se siente más cómodo, aunque con alguna frase en español como guiño a la afición. «Quiero jugar más partidos, el punto de forma óptimo llegará con más minutos. Tenemos otro encuentro en tres días. Hay que seguir», continuaba en la televisión oficial del club.

Celebró su diana sin muchos aspavientos, quizá con más sensación de alivio que de otra cosa. Se ha hablado mucho de su estado de forma y algunos dudaban, pero él está acostumbrado a resolver con la calidad con la que lo hizo ayer. Por eso, más que volverse loco tras marcar se quedó parado, como diciendo: esto es lo normal, y no lo que ha pasado últimamente. Ahora no quiere parar y el Inter, con media Champions en juego, le espera.