Champions League

Real Madrid

Los inventos de Zidane contra las crisis

El Real Madrid vuelve a sacar su mejor versión en un momento delicado y el sábado busca reengancharse definitivamente a la Liga en el derbi contra el Atlético

El Real Madrid no tenía que haber llegado a una situación como la del miércoles, de jugarse la clasificación para octavos de la Champions a un partido en un grupo que a priori podía tener complicaciones, pero que después se complicó el propio equipo español perdiendo los dos partidos con el Shakhtar Donetsk. Los ucranianos han sumado sólo cinco goles en la competición, todos conseguidos ante el Madrid, lo que le ha valido el pase para la Liga Europa. El caso es que esos tropiezos ya no tenían solución y llevaron a la situación del «vida o muerte», y ahí el conjunto blanco y su entrenador se mueven como pez en el agua. Zidane lo volvió a hacer y demostró de nuevo que tiene mil vidas. Su exitosa trayectoria en el banquillo del Bernabéu, logrando lo que nadie con tres Ligas de Campeones seguidas, no ha estado carente de complicaciones de las que siempre ha conseguido salir: cuando las sombras de los Mourinho, Pochettino y compañía empezaban a asomar por Chamartín para el relevo, las ha espantado a base de triunfos. Zizou se fue cuando él quiso, y después fue llamado de nuevo, aunque ya ha dicho que no va «a ser el Ferguson del Real Madrid». «Pero me gusta estar aquí hasta en los momentos malos», añade, siempre relativizando las victorias y las derrotas y casi siempre con una sonrisa en la cara.

El tropiezo en Kiev de la semana pasada dejaba al preparador francés con dos partidos delicados por delante: el del Sevilla y la «final» del Borussia Mönchengladbach. Ambos los sacó con éxito y nota y el sábado espera el derbi con el Atlético para intentar engancharse definitivamente a la Liga y no dejar que el Cholo y los suyos se escapen ya en diciembre. El método «Zizou» para este tipo de situaciones está claro: confía en su núcleo duro de futbolistas, a los que les tiene una fe ciega y que, además, le responden, dejando a un lado los experimentos que suele usar para tener a todos activos. Algunos jugadores de los fijos los ha sabido cambiar el entrenador francés. Marcelo era uno de ellos, pero Mendy ya se puede decir que es el lateral izquierdo titular del Real Madrid, porque se lo ha merecido: rocoso atrás y con presencia en ataque. El centro del campo que usó ante los alemanes es el mismo con el que ganó las Copas de Europa de 2016, 2017 y 2018: Casemiro, Kroos y Modric, que a los 35 años atraviesa un gran momento y no nota el desgaste de la acumulación de partidos. Su última exhibición fue de las que crean escuela. Ramos y Varane también son su pareja de centrales intocable, por mucho que hayan llegado otros defensas. El regreso del capitán tras casi un mes de lesión para el partido más importante tuvo un valor por encima de lo deportivo. Es casi espiritual. A su lado, además, el francés, señalado muchas veces desde la eliminación el curso pasado contra el Manchester City, parece mejor. Benzema es el delantero al que Zidane ha defendido año tras año, sobre todo cuando ha tenido sequías goleadores, lo que no suele ocurrir en Champions, su torneo, donde mejor rendimiento saca; a Courtois también le dio el tiempo suficiente para adaptarse tras un mal arranque cuando fichó en 2018 y la baja de Carvajal la ha cubierto con Lucas Vázquez, uno de los recursos con los que siempre ha contado. El extremo trabajador que gusta a cualquier entrenador está demostrando que también puede ser un lateral que suba al ataque y que no sufra demasiado atrás porque es disciplinado. La confianza que le demuestra su entrenador tiene reflejo en el césped cuando sale, tenga los minutos que tenga. Se reivindica e incluso ha alzado un poco la voz por su renovación, ya que cumple contrato en el verano de 2021. En la misma situación se encuentran Modric y Ramos, cuestión con la que tiene que lidiar el club porque Zizou ha demostrado que cuenta con ellos.

Zidane tiene a los jugadores de su parte y por eso cuando vienen mal dadas es más fácil que aprieten en lugar de dejarse ir para salir de las pequeñas crisis que son inevitables cada temporada, y que en el Madrid quizá se den más de lo aconsejable. Pero siempre logra salir.