Adiós a McLaren por la puerta grande

En un mundo tan cruel y salvaje como la Fórmula Uno sorprenden las despedidas emotivas cuando la salida de un piloto de una escudería se produce de forma unilateral. Este ha sido el caso de Carlos Sainz. El piloto madrileño tuvo en Abu Dabi un fin de semana repleto de pequeños homenajes y muestras de cariño por parte de todos los miembros de McLaren, ya que estos días pone rumbo a su nuevo destino: Ferrari. Eso sí, el español, que acabó sexto, se fue con los deberes bien hechos porque la escudería inglesa conquistó el tercer puesto en el Mundial de Constructores, algo que no lograba desde 2012. Todo un éxito para la estructura británica que ha pasado un verdadero calvario desde que decidiera asociarse con Honda. Aunque los verdaderos males empezaron antes.

Oficialmente, Sainz será piloto de Ferrari a partir del 1 de enero, pero su preparación y aterrizaje en Maranello llevan meses planificándose. La FIA le ha prohibido rodar mañana en el test que hará la F-1 para jóvenes pilotos. Un entrenamiento en el que, excepcionalmente, han concedido el permiso a un «debutante» como Alonso, que, gracias a su ausencia de dos años, sí podrá rodar.

Pero Carlos Sainz ya tiene un programa de entrenamiento en el simulador y también en el circuito de Fiorano (o Mugello), la pista privada en la que Ferrari afina sus coches de calle y, dentro de lo posible, sus monoplazas de F-1. El español rodará con un coche de hace dos años, que es lo que permiten las reglas de la Federación y, aunque esto no sea de mucha utilidad para un piloto en activo como él, le servirá para conocer los procedimientos del equipo y la forma de trabajar. Una de las decisiones que tomó Sainz hace unos meses fue la de trasladar su residencia a los alrededores de Maranello, algo que ha gustado mucho en el seno del equipo. No es frecuente que un piloto de Ferrari haga algo parecido. Ni siquiera Leclerc lo ha hecho estos dos años atrás, ya que vive en Mónaco, su lugar de nacimiento.

En Maranello, Sainz encontrará con «viejos» conocidos como Marco Matassa, el que fuera su ingeniero de pista en Toro Rosso y que ahora dirige la escuela de jóvenes pilotos de Ferrari. También trabajará codo con codo con los españoles Xavi Marcos (ingeniero de pista de Leclerc) o Iñaki Rueda, responsable de estrategia del equipo. En principio, su ingeniero será Ricciardo Adami, el mismo que tuvo Sebastian Vettel en Toro Rosso y recientemente en Ferrari. Sainz es un piloto de equipo y eso lo es todo en Italia. Ganar el título de pilotos tiene menos sentido que el de Constructores, aunque también lo consideren. El madrileño llega a un equipo muy politizado donde la presión es enorme. Sin embargo, el madrileño lo tiene todo para triunfar. Otra cosa es que la máquina esté a la altura.