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El Villarreal hace historia ante el Arsenal y jugará su primera final europea

Los amarillos disputarán el título de la Liga Europa al Manchester United el próximo 26 de mayo en Gdansk. Defendieron con todo en el campo del Arsenal la renta de 2-1 de la ida

Los jugadores del Villarreal celebran su pase a la final de la Liga Europa, donde les espera el Manchester United
Los jugadores del Villarreal celebran su pase a la final de la Liga Europa, donde les espera el Manchester UnitedAlastair GrantAP

¿Submarino amarillo, dice? Nada de eso: el Villarreal es un búnker, una fortaleza inexpugnable que resistió en el Emirates, la guarida del Arsenal, durante 95 minutos para hacer bueno el 2-1 que traía de La Cerámica y meterse, al quinto intento, en su primera final europea. Será el 26 de mayo en Gdansk (Polonia) frente al Manchester United. Casi nada para un equipo de pueblo que hace un cuarto de siglo no había hollado aún la Primera División. El partido memorable de los dos centrales internacionales, el novel Pau Torres y el veterano Raúl Albiol, más el trabajo titánico de Coquelin por delante, permitió a los castellonenses vengarse de su verdugo de 2006.

Pese a su dilatada y gloriosa experiencia en este torneo, Unai Emery no es entrenador demasiado hábil a la hora de administrar ventajas, ya que tiende a protegerse más de la cuenta y termina encerrándose de forma fatal. Justo lo contrario fue a hacer en Londres, donde compareció un Villarreal valiente, sin complejo alguno a la hora de presionar en la medialuna del Arsenal que, privado de centrocampistas dignos de tal nombre, no conectaba con sus delanteros. Un 2-1 no garantiza nada a los conservadores, así que los amarillos pensaron que más valía intentar marcar, como hizo a los cinco minutos Chukwueze, cuyo tiro sacó Leno a córner de un manotazo.

La salida por lesión del nigeriano, sustituido por Pino justo antes de la media hora, fue la primera mala noticia para el equipo español, que vivía todo lo tranquilo que puede vivirse con sólo un gol de renta y que no aceptó, en toda la primera mitad, más ocasión que un disparo cruzado de Aubameyang que rozó el poste. Pasó el disparo del gabonés del palo más cerca incluso que una falta de Parejo que lamió la cruceta, pero casi todos los acercamientos peligrosos de la primera parte fueron amarillos.

El comienzo de la segunda mitad, con un par de indecisiones de Rulli que el rival no aprovechó, anunciaba un tramo final de nervios. A medida que transcurrían los minutos, los castellonenses se mostraban menos osados en sus salidas, en parte por la presión de verse cerca de la final y en parte porque los ingleses no iban a resignarse a caer sin un último asedio. A ello se puso en los veinte minutos finales, cuando Arteta detectó que los pupilos de su paisano se iban olvidando de atacar. Un cabezazo de Holding fue el primer aviso y Emery colocó enseguida dos líneas de cuatro para soltar, si es que podía, contras con Gerard Moreno y Bacca.

El gran susto llegó en la última intervención de Aubameyang, recién recuperado de una malaria, que voló sobre los centrales para cabecear al palo un centro de Bellerín. A esas alturas, el Villarreal sobrevivía gracias al trío Pau Torres-Albiol-Coquelin, que se multiplicaba para despejar el fuego graneado que caía sobre su área. La aparición del mediocentro francés para tapar un remate de Bellerín en el minuto 88 sería tildada de «providencial» por un cronista clásico. Pero fue más bien milagrosa.

Con el marcador de la ida, el plan más peligroso a priori era aguantar el empate a cero. Y Emery, que lo sabía, quiso evitarlo... hasta que cambió de idea y se atrincheró para dejar a los suyos a un paso de la gloria.