Tenis

La clave en el triunfo de Rafa Nadal contra Djokovic en la final de Roma

El balear también alcanza los dobles dígitos en el Masters 1.000 italiano. En tierra batida sigue dominando 16 años después con un tenis más agresivo

Nadal en 2005 y Nadal en 2021. Ambas imágenes de la final de Roma, que ganó el español
Nadal en 2005 y Nadal en 2021. Ambas imágenes de la final de Roma, que ganó el españolEfe y ApTenis

Entre la primera y la segunda imagen que ilustran esta información hay 16 años de diferencia. El personaje es el mismo: Rafa Nadal, que en un lado es apenas un adolescente intrépido con el pelo largo, la camiseta sin hombros y pantalón pirata (aunque eso no se ve en la foto), y en el otro es ya una leyenda del tenis. Lo que no cambia es el resultado: en ambas instantáneas el desenlace del partido fue el triunfo del español y la conquista del Masters 1.000 de Roma. En la primera, Nadal tuvo que superar al argentino Guillermo Coria, que en ese momento era uno de los referentes sobre la superficie lenta. Tampoco cambia con el paso del tiempo el arranque de los partidos del español, activo desde el primer momento, dando pequeños brincos en la red durante el sorteo, desafiante ya, aunque en la capital de Italia en 2005 la carrera hacia la línea de fondo para comenzar el calentamiento la hizo antes de tiempo y tuvo que volver también corriendo, porque se había saltado la foto protocolaria de los finalistas. Eso ya no le ocurre. El zurdo había podido en ese 2005 con Coria en el duelo decisivo en Montecarlo, y volverlo a derrotar no hizo más que aumentar su confianza y ratificar lo que pasaría después: era el favorito y conquistó su primer Roland Garros. El encuentro duró cinco horas y cuarto y el suramericano llegó a ir ganando 3-0 en el quinto set (las finales de Masters 1.000 en esa época eran al mejor de cinco). Coria confesó tiempo después en «Radio Cut», una emisora de su país, que en ese momento, tras hacer el break, pensó que ya lo tenía hecho, porque vio a Rafa medio destruido en el banquillo. Pero cuando el juez de silla dijo «time», el balear se levantó como una exhalación y fue entonces cuando su rival supo que la batalla no había terminado.

Ganó Nadal por 6-4, 3-6, 6-3, 4-6 y 7-6 (8/6). Era su decimoséptima victoria consecutiva en tierra batida, camino de un récord que todavía sigue vigente: 81 partidos seguidos con triunfo. La racha terminó en 2007.

En la segunda imagen, la víctima del español el pasado domingo es el número uno del mundo, Novak Djokovic (7-5, 1-6 y 6-3). También fue un partido largo, dos horas y 49 minutos, aunque el camino del triunfo para el manacorense fue diferente, demostrando que es un jugador que ha evolucionado en su juego. Si su cualidad histórica es la consistencia, contra Nole la clave estuvo en los puntos más cortos, según los números que ha hecho públicos la web de la ATP. En total en el partido, el español ganó tres puntos más que su oponente: 97 por 94. Pero la gran diferencia fue cuando los intercambios eran de cuatro golpes o menos: 50 por 36 para Rafa. Mientras que en los de más de cuatro impactos la ventaja fue de 58 a 44 para el serbio, llevándolo al extremo (20-5) en los que se iban más allá de los nueve raquetazos. La búsqueda de un tenis más agresivo que persigue el zurdo desde hace tiempo quedó reflejada en esa estadística y en su derecha: 26 golpes ganadores con ese tiro, 15 de ellos en el primer set. Nole sólo 11 en total.

Más de diez títulos en cuatro torneos

El caso es que por desgaste o por destrucción, dando primero; por físico o por tenis, nadie ha podido hacer sombra a Nadal en la tierra batida en los últimos 16 años. En Roma alcanzó su décima corona, llegando con ello a los dobles dígitos en todos los torneos importantes sobre esta superficie más táctica. En Roland Garros son 13 títulos, y dentro de dos semanas buscará el número 14; en Barcelona, 12; y en Montecarlo, 11. La otra gran cita es Madrid, pero se juega en polvo de ladrillo sólo desde 2009 y las condiciones son un poco diferentes por la altitud de 700 metros que hay en la capital de España. El otro tenista que ha conseguido alcanzar dos cifras en el mismo escenario es Roger Federer, que tiene 10 copas en Halle (hierba) y otras 10 en Basilea (dura). Ninguno de los dos llega a la categoría de Masters 1.000.

Pero es que el dominio del español sobre tierra no tiene comparación con casi nada en el deporte: son 459 triunfos y 42 derrotas, un 91,6 por ciento de infalibilidad, para alzar 62 títulos. Atrás quedan los 49 de Vilas y los 40 de Muster.