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España, condenada a luchar por el bronce

Un gran final de Serbia (10-9) la manda a pelear por el tercer y cuarto puesto contra Hungría

El serbio Andrija Prlainovic lanza a portería rodeado de españoles
El serbio Andrija Prlainovic lanza a portería rodeado de españolesEnric FontcubertaEFE

Un gran segundo cuarto en el que España consiguió un parcial de 5-2 animó a los españoles a pensar que la final no estaba tan lejos. Ese parcial, esos ocho minutos en que la selección española se convirtió en un vendaval incontenible para los serbios.

Fue una demostración de fortaleza mental, de que España sabe sobreponerse a todo después de un primer parcial en el que había sido incapaz de marcar y que los serbios terminaron con una ventaja de 2-0. Ese segundo cuarto parecía redirigir el partido hacia el buen camino.

Pero todo se torció en los últimos ocho minutos. Los serbios devolvieron ese parcial de 5-2 y dieron la vuelta al marcador para terminar ganando por 10-9 y clasificarse para la lucha por el oro.

A España le costó entrar en el partido. Mantenía la solidez en defensa, pero le costaba encontrar el acierto en ataque. A Serbia le pasaba algo parecido y no consiguieron marcar hasta que quedaba algo menos de dos minutos para el final del cuarto. Se aplicaron los serbios en esos instantes finales y antes de que llegara el final del parcial marcaron otro.

España contaba con la ventaja teórica de haber ganado ya a Serbia en este campeonato. Se enfrentaron en el debut y aquella fue la victoria más sufrida de los españoles en todo el torneo. Pero resulta muy complicado ganar a un rival de ese nivel, actual campeón olímpico, en dos ocasiones en el mismo torneo.

El gol de Alberto Munárriz en el comienzo del segundo cuarto, animó a España, que consiguió dar más ritmo al juego. El gol llegó después de una falta serbia que Álvaro Granados supo aprovechar para convertirla en un contraataque y dar un pase definitivo a Munarriz. No tardó en igualar el partido España, que consiguió dar la vuelta por completo al partido hasta llegar a ese 5-4 con el que finalizaba la primera parte.

Dani López Pinedo, el guardameta español, mantenía la solidez en la portería desde el comienzo y con el ataque más inspirado parecía que la lucha por el oro era posible.

Pero el esfuerzo defensivo tenía un precio muy alto para España, que sufría demasiadas expulsiones. Eso la condenaba a defender casi siempre en inferioridad y los serbios aprovechaban la oportunidad de enfrentarse en cada ataque a un jugador menos. Marcaron ocho de sus diez goles en superioridad y España con tres jugadores excluidos definitivamente por tres expulsiones: Del Toro, Perrone y Álex Bustos.

Los españoles consiguieron mantener la ventaja al final del tercer cuarto, un 5-7 que concedía esperanzas de repetir la hazaña de la selección femenina de llegar hasta la final. Ya era histórico que los dos equipos alcanzaran las semifinales, algo que nunca se había conseguido, pero hubiera sido un pase importante que las dos consiguieran luchar por el oro.

Sin embargo, en los minutos finales llegó el hundimiento de España. El esfuerzo en defensa se pagaba en ataque y sólo consiguió sumar dos goles más. Uno de ellos, además, con la ayuda del VAR. El árbitro fue reclamado para que revisara si el remate de Blai Mallarach lo había sacado de dentro de la portería y concedió el gol. España aún mantenía en ese momento la ventaja de dos goles en el marcador (6-8). Pero la inspiración de los zurdos serbios Mandic y Filipovic la acabó condenando a la lucha por la medalla de bronce.