Balonmano

Los Hispanos derriban a su fantasma, Dinamarca (29-25), y jugarán la tercera final del Europeo consecutiva

El talento de Aleix Gómez y Cañellas, la defensa de España y las paradas de Gonzalo permiten a la selección ganar al campeón del mundo y aspirar a su tercer título continental consecutivo

Los jugadores españoles celebran con su portero, Gonzalo Pérez de Vargas, la clasificación para la final del Europeo de balonmano
Los jugadores españoles celebran con su portero, Gonzalo Pérez de Vargas, la clasificación para la final del Europeo de balonmanoTibor IllyesAgencia EFE

A España siempre le quedaba la misma sensación: que sí, que Dinamarca es la mejor selección y tiene a Mikkel Hansen, pero en las derrotas del Mundial de 2021 y de los Juegos de Tokio no estuvo tan, tan lejos... Eran los detalles y alguna vez tenían que caer del lado de España. Pero esta vez no fueron los detallas: España venció, sí, y lo hizo bien, con solvencia, con el talento ofensivo del joven Aleix Gómez y con la veteranía del sabio Cañellas, con las paradas de Gonzalo, con la defensa implacable de todos... Se acaban los halagos para definir a una selección que no tiene fin, que está con gente nueva, en pleno relevo generacional, pero sigue compitiendo. Es que va a ser la cuarta final consecutiva, sí, la cuarta, en un Europeo, después de la plata de 2016 y los oros de 2018 y 2020.

Dinamarca podía elegir rival en semifinales. Ya clasificada en la última jornada de la segunda fase, perdió con Francia cuando lo tenía ganado. Eligió a España. Error. La garra de los Hispanos fue lo primero, después llegó la calidad para firmar el partido casi perfecto. Sólo así se puede vencer a un rival como el que había delante. El equipo de Jordi Ribera se mantuvo en el encuentro en la primera parte gracias a su trabajo en la parte de atrás, pero al descanso se marchó en desventaja de un gol (13-14), cuando llegó a ir cuatro abajo (6-10, min 22), pero con la impresión de que podía haber sido todavía mejor. Si otras veces el problema es el atasco en ataque o la falta de una amenaza desde los ocho metros, en esta ocasión fallaba la puntería. Se generaba España las oportunidades pero perdonaba desde seis metros: Landin paraba el lanzamiento de Adriá Figueras, nublaba a Gedeón, cerraba los huecos a Aleix y Ángel Fernández... Comenzó con una cadena de paradas que permitió las primeras ventajas de una Dinamarca que tampoco estaba excesivamente fina. Aunque Hansen encontraba los huecos y los pases interiores porque tiene mucha clase, también perdía pelotas como si no costara. Acumuló muchos fallos ante la defensa presionante de España, que marcaba a la carrera con Aleix como ejecutor o con las acciones individuales de Agustín Casado o Cañellas.

Los goles del veterano lateral a la vuelta de la segunda parte hacían que España siguiera soñando. A él se le unió Aleix Gómez, el jugador más talentoso del equipo, que marcaba tanto desde su extremo derecho como saliendo de ahí para irse al otro lado y sorprender, o tirando rápido en el saque de centro cuando el portero rival no estaba preparado. Fue una exhibición su segunda parte. Faltaba por unirse a la fiesta Gonzalo Pérez de Vargas, que con tres paradas seguidas permitió a los Hispanos ponerse por delante en el marcador, 17-16 (min 41). Las dudas cambiaron de bando. Gidsel, que sólo había fallado un lanzamiento en todo el torneo, acumuló hasta tres. Dinamarca vivía de los siete metros que anotaba Hansen y España empezaba a encontrar a los extremos con asiduidad. Por momentos, era una fiesta, cuando Agustín Casado se inventó un pase girando, sin mirar, para que Adriá Figueras pusiera la máxima ventaja (22-19) cuando quedaba un cuarto de hora. Los nórdicos hasta habían cambiado el portero porque a Landin se le acababa la magia.

Dinamarca empezó a buscar soluciones a la desesperada, como meter siete jugadores de campo para intentar superar el la defensa 6-0 de España. Pero no lograba acercarse porque Aleix estaba en su gran día. No sólo resolvía lo que le llegaba, es que además robaba y contragolpeaba. Y Gonzalo les amargó la vida a los extremos daneses, que no veían la manera. Pasaba el tiempo y seguía la ventaja. Con la penetración de Cañellas, volvió el más tres para los hispanos (25-22), y ya sólo quedaban siete minutos. Si grande fue el partido de Aleix, no menos lo fue el de “Cañe”, con sangre fría y experiencia para filtrar un par de balones que hicieran disfrutar a Adriá Figueras y que llegara un tanto más de renta (28-24). Esta vez ya no se podía escapar. Impresionante.

29-España: Pérez de Vargas (P), Corrales (P); Gurbindo, Peciña, Maqueda (2), Fernández (1), Figueras (3), Cañellas (7), Casado (3), Sarmiento, García, Gómez (11), Ariño (1), Guardiola, Tarrafeta (1), Sánchez-Migallón, Márquez, Sarmiento y Odriozola.

25- Dinamarca: Landin (P), Moeller (P), Green (P), Andersson, Antonsen, M.Hansen (8), Gidsel (3), Lauge Schmidt (2), Hald Jensen (1), M.Hansen (3), Holm (1), Jakobsen, Saugstrup, Kirkeloekke, Lindberg, Mensah Larsen (1), Mensing, Moellgard, M. Landin (4), Svan (2) y Toft Hansen.

Árbitros: Nikolov y Nachevski (Macedonia). Excluyeron dos minutos a Gurbindo, Peciña, Maqueda y Figueras por parte de España. Y a Landin, M. Landin y Jakobsen en Dinamarca.

Pabellón: Budapest Arena, 7.286 espectadores.