Entrevista

Queralt Castellet: “Yo no vivo en ningún lado”

Plata en halfpipe en los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín, era la medalla que le faltaba después de una vida por medio mundo para poder competir

Queralt Castellet muestra, en la sede del COE, la medalla de plata que logró en los Juegos Olímpicos de Pekín
Queralt Castellet muestra, en la sede del COE, la medalla de plata que logró en los Juegos Olímpicos de PekínFERNANDO VILLARAgencia EFE

Tener un trabajo, volver al calor de casa... Queralt Castellet (Sabadell, 32 años) se salió de lo que hacemos la mayoría para perseguir un sueño: dedicarse al snowboard. Un camino difícil que le ha llevado por Nueva Zelanda, Suiza, Estados Unidos... detrás de la nieve y de la competición. En Pekín, en sus quintos Juegos Olímpicos, que acaban de concluir, ha llegado a uno de sus momentos cumbre con la medalla de plata en halfpipe, que se une las que ya había conseguido en todas las competiciones. Le faltaba ésta y ya la tiene.

¿Ahora vive en Estados Unidos?

No, yo no vivo en ningún lado. Mi disciplina me obliga a estar todo el rato persiguiendo las condiciones para entrenar y competir y no me puedo permitir estar viviendo en ningún sitio. Sí que me gusta tener un poco más de base por ejemplo en Lax (Suiza), que es donde más me gusta tener un sitio para viajar desde allí, pero la verdad es que en los últimos dos años eso ha sido imposible y donde he pasado más tiempo ha sido en Estados Unidos. Desde que empezó lo del covid y todo esto he estado más tiempo allí porque es donde vive mi entrenador y donde me es más fácil entrenar y había más competiciones. Estar en Suiza ya no es algo que pudiera hacer durante tanto tiempo del invierno; y, bueno, ahora no tengo ningún sitio que te diga: “Yo vivo aquí”.

¿Y casa como tal en todas esas “sedes”?

Siempre estoy de alquiler, no voy a hoteles porque me gusta cocinar mi propia comida. La verdad es que es algo muy importante para mí poder tener mi propia cocina. No es que se me dé bien, es que no me gusta comer de hotel cada día. Creo que alimentarte bien es muy importante y por eso, aunque sea unos días, estoy de alquiler.

¿Cómo es su maleta?

Tengo cosas esparcidas por todo el mundo. Tengo dos maletas, normalmente viajo con una de snowboard y otra de ropa, aunque también tengo muchas cosas de snowboard dentro.

Y en plan libros, música...

Uy, imposible. No me lo puedo permitir. Tengo que ser práctica y no puedo viajar con según qué tipo de cosas, que quizá estaría bien.

¿La plata olímpica irá con usted?

Sí, esta sí [la lleva al cuello]; está sí se va a venir conmigo.

¿Era una obsesión la medalla?

No creo que haya sido nunca una obsesión. «Obsesión» es una palabra completamente negativa y una medalla sólo tiene atributos positivos que te pueden ayudar a aprender y a hacerlo mejor. Era un objetivo, una ilusión.

Y entrenar en España: ¿imposible, complicado?

Es que no hay halfpipe aquí para entrenar. No sólo en España, es una disciplina en la que se requiere mucho trabajo para hacer un halfpipe y en España no tenemos.

¿En EE UU hay todo el año?

Sí, en Estados Unidos hay estaciones que lo tiene todo el año, como Copper Mountain, y en otras lo tienen en temporadas más cortas. En Colorado el de Copper está siempre, Aspen lo tuvieron casi todo el invierno el año pasado, en California en Mammoth… Allí hay más opciones.

¿A España viene mucho? ¿Conocía, por ejemplo, a su sobrino?

Sí le conocí, nació en octubre y estaba en Suiza y tampoco me pillaba muy lejos para venir a verle. Hacía tiempo que no le veía y, ¡buah!, cómo ha crecido.

¿Cómo se consigue el dinero en su deporte?

Tengo la Beca ADO, por ejemplo; la Federación me ayuda para hacer las Copas del Mundo y está la ayuda de los patrocinadores, sin los que sería imposible.

¿Faltó alguna vez?

Siempre ha sido un hándicap para mí conseguir dinero para hacer y pagar todo lo que requiere mi disciplina.

¿Cómo fue la mañana del día de la plata y la del día siguiente?

Me levanté como cualquier otro día de otra competición, con muchas ganas e ilusión de hacer mi mejor snowboarding. Después, llevaba tantos días seguidos entrenando y compitiendo que fue como... Podía descansar y además tenía la medalla en mis manos.

Dice que ahora es mejor que nunca. ¿Cómo se mejora?

Practicando, haciendo mucho snowboard cada día. El entrenamiento más importante es el de encima de la tabla.

¿Y el trabajo mental?

Sí, lo hago, pero no de manera constante. Cuando noto que lo necesito sí lo utilizo, no solamente un psicólogo, es gente con la que hablo, con la que siento que ahora prefiero esta ayuda o la otra... Es lo que sientas tú que necesitas.

Lo que se vio es muy buen rollo entre las competidoras...

Tenemos una relación bastante cercana, porque realmente si no fuera por nosotras entre nosotras no estaríamos donde estamos, y creo que todas notamos eso y estamos agradecidas por lo que estamos haciendo y nos apoyamos y nos motivamos entre nosotras. Creo que eso es lo que hace que lleguemos más lejos.