Fútbol
El Betis muere en la orilla frente al Eintracht (1-1)
Llegó al último minuto de la prórroga, tras marcar al final del partido, pero ahí marcó el gol del empate el Eintracht y eliminó al conjunto de Pellegrini
Al final del partido empató Borja Iglesias la eliminatoria y mandó a la prórroga el partido de vuelta contra el Eintracht. Cuando no se esperaba, cuando había sido inferior al rival. Pero había resistido, aguantado los peores momentos y Borja Iglesias había llegado con la punta para rematar el pase de Fekir. De repente, todo era posible para el equipo bético.
Incluso que la jugada se repitiese, pero en su contra en el momento que más podía doler, en el último minuto de la prórroga, cuando los penaltis parecían ya inevitables y la clasificación se iba a jugar a cara o cruz. No rea malo para el Betis, inferior a los puntos a su rival, pero con vida y esperanza y todo por decidir. Pero una falta lejana, pero no tan lejana era la última ocasión del partido para los locales. Salió mal Rui Silva y entre el delantero rival y Guido Rodríguez metieron el balón en la portería del Betis. Lo que no pudo hacer el Eintracht en los minutos anteriores, cuando tuvo dos palos, lo hizo el Betis justo en el momento más doloroso de toda la eliminatoria.
Al conjunto de Pellegrini le queda el consuelo de saber que compitió hasta el final frente a un rival que le superó en muchas fases. Fue mejor en el encuentro de ida, donde ganó y fue mejor durante muchos minutos en la vuelta.
El Eintracht salió mejor al partido y durante la primera mitad pudo noquear al Betis, pero no lo hizo. Tuvo un palo y la pelota. Pero no el gol. El Betis, sin duende y sin balón se vio con vida y salió con otro ánimo en la segunda mitad. Pellegrino fue metiendo delanteros. Primero Juanmi, que dio aire al equipo y después Borja Iglesias, que apareció cuando tenía que aparecer.
Tuvo sus minutos el Betis, hasta que el Eintracht, de nuevo, forzó la máquina y en un par de oleadas, mandó otro balón al palo. Eso frenó al Betis, otra vez más inseguro que el rival y con menos ideas. Pero no estaba muerto y eso era un valor. Ruibal, con Bartra, lo mejor de los de Pellegrini, peleó por una pelota por su lado cuando las campanas tocaban a duelo. La ganó, Fekir apareció por fin y el Panda alargó la vida del Betis en la competición.
Pero sólo una prórroga, ni siquiera le dio para llegar a los penaltis.
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