Real Madrid
Al son de Luka
En una alineación con varios de los menos habituales mandó uno de los de siempre. El Real Madrid respira mejor si su pulmón es Modric, un futbolista que ayer se fue de Ipurua aplaudido por la afición a la que acababa de ganar. Apareció el número del croata en el luminoso de los cambios y a los hinchas del Eibar no les salió otra cosa que una ovación. Así reconocían su buen partido, en el que no necesitó ser muy evidente para influir en todo. Suena más la exhibición de Benzema, los detalles de Asensio y la recuperación de James, pero por detrás de ellos estuvo Luka, tan silencioso como decisivo, con y sin balón, eligiendo en cada momento lo mejor para los suyos.
«Que te ovacionen en campo contrario no es algo habitual. Estamos contentos, es un jugador fundamental para nosotros. Maneja muy bien los tiempos del partido. Es un espectáculo fuera del campo, es muy profesional y sus compañeros le quieren mucho», reconocía Zidane, que apostó por un Madrid distinto, el que aparece cuando faltan las estrellas y que aparenta jugar más junto y atento.
Se guardó el francés a cinco futbolistas que serán titulares en San Paolo: Bale (sancionado), Cristiano, Marcelo, Carvajal y Kroos, y el Madrid firmó una de las primeras partes más completas del curso. Intensidad, concentración y efectividad, lo que siempre pide Zizou. En media hora estaba todo decidido con un recital de ese Benzema que es imposible no querer en tu equipo y con James a la batería, un futbolista que empieza a ser el que llegó desde Mónaco.
Resopla el colombiano cuando le preguntan si el equipo juega mejor sin Bale ni Cristiano. «Nooo, con ellos siempre tenemos un plus», aclara antes de que se genere algún malentendido. Él está para otras cosas, entre ellas, ser ya el mejor pasador del grupo (11 asistencias). Marcó ayer su cuarto gol del curso, muy pocos comparados con los 17 del año de su llegada. En Ipurua aprovechó la oportunidad y está a tiempo de que la temporada sea buena. Va recuperando el físico y pocas veces se le ha visto con tanta personalidad, ya sea de inicio o entrando desde el banquillo. Con él, los blancos juegan con uno más en el medio y al mismo tiempo con un mediapunta puro.
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