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Así ha evolucionado el juego de Messi a lo largo de los años

Alrededor de Leo, la gran esperanza del Barça ante el Liverpool, han girado el juego y los fichajes del equipo la última década. El fútbol del «10» ha ido cambiando para intentar hacerlo indetectable para los rivales

Messi y Luis Suárez, en el entrenamiento previo al duelo con el Liverpool
Messi y Luis Suárez, en el entrenamiento previo al duelo con el Liverpoollarazon

«Leo va delante y nosotros lo seguimos», aseguraba Rakitic. «Es de esos líderes que más que decir, hacen. No es Puyol, por ejemplo, aunque en el fondo los líderes tienen que jugar bien y “Puyi” también lo hacía. Ahora como capitán Messi ha tenido una evolución en ese sentido, habla más después de los partidos, pero es una persona introvertida. Lo que pasa es que con su forma de actuar obliga al resto a dar lo máximo», explica Juan Carlos Unzué, que ha vivido al lado del argentino gran parte de su carrera, como entrenador de porteros del primer equipo en la época de Rijkaard y parte de la de Guardiola y también como segundo técnico de Luis Enrique. «Tiene tantas ganas de ganar cada partido que cómo no las vamos a tener los demás», confirma Rakitic las palabras de Unzué.

El Liverpool visita el Camp Nou y casi todas las miradas apuntan a Messi para pasar la semifinal de la Champions y reconquistar el título. «No tiene ninguna obligación, es ilusión», explicó Valverde. Pero el «10» está acostumbrado a esta situación. Ha sucedido casi cada día durante más de una década. Todo ha girado alrededor de Leo, y los resultados son notables. Messi es un jugador que no se puede clonar, un futbolista de «verdad» por mucho que el nombre de las posiciones que ha ido ocupando en el campo fueran acompañadas de la palabra «falso». «Cuando subió al primer equipo jugaba como extremo, o yo diría como “falso extremo” en el 4-3-3», desvela Unzué . «Podía crear una jugada individual desde la banda, pero lo que se buscaba colocándolo ahí era que en el momento justo apareciera dentro para crear las superioridades, y acercarlo a la portería rival», añade.

La pelea desde aquellos lejanos primeros años (2004-2007) ha sido la de buscar el mejor sitio en el césped para Messi, hacer que sea lo menos predecible posible, aunque ya de por sí sea un jugador con capacidad para improvisar. Y dentro del intento de dificultar a los rivales saber por dónde se iba a mover el argentino, Guardiola pensó que la fórmula era la del «falso 9». «La idea era parecida: tener esas superioridades por dentro, pero estando él ya dentro. Se buscaba hacer dudar a los centrales de si salir o no salir y si lo hacían, aprovecharlo con dos extremos más específicos, por eso llegaron Villa, Alexis...», cuenta Unzué. Muchos de los fichajes de esta última década se han hecho pensando en el «10» con la intención de que se produjera una simbiosis: potenciar a tu mejor hombre y que a la vez los que le rodean se beneficien. «Cuando tienes un jugador como Leo, los perfiles de la gente que juega alrededor de él, sobre todo los de delante, tienen que ser jugadores que rompen al espacio: pasó con Eto'o, Villa, Alexis, y después con Luis Suárez y Neymar», continúa Unzué con la explicación.

La evolución de la estrella azulgrana le ha llevado en las últimas temporadas a prácticamente todas las partes del campo. Ahora, es un atacante que muchas veces actúa como un centrocampista. «Es un tipo súper inteligente. Es capaz de ver en el propio campo de juego lo que a los demás nos cuesta ver desde arriba, con toda la perspectiva. E intuye las necesidades del equipo. Cuando por las características de sus compañeros o por el comportamiento de los rivales piensa que le va a llegar la pelota entre las dos líneas oponentes, no te preocupes que no aparecerá por detrás de la segunda línea en el centro del campo. Pero si siente que es necesario, lo hará», prosigue el ex segundo de Luis Enrique.

La cara B de dar esta libertad a un futbolista o de buscar que no se le detecte, es el riesgo de desordenarte, sobre todo al perder la pelota: si la presión se hace de manera alocada es fácil ser cazado a la contra. Por eso otros tienen que intentar dar equilibrio. «Xavi se entendió perfectamente con Leo, y el siguiente jugador que ha identificado esto y ha tenido la capacidad de ejecutarlo ha sido Rakitic. Su perfil en el Sevilla era de líder: conducía, asistía, chutaba, hacía goles... En el Barça entendió lo que requería jugar alrededor de Leo y ha utilizado muy bien la información que le han transmitido los entrenadores para dar ese equilibrio», finaliza Unzué.

Messi llega descansado al duelo con el Liverpool. Como atacante o como medio, con el gol o con el pase, buscará volver a la final cuatro años después.