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Francia

El partido infinito de Amaya

Con casi 37 años, ha superado el récord de encuentros jugados en la élite. Hoy serán 255 y quiere más: «Cuando me retire me faltará algo»

Valdemoro señala con el dedo en un encuentro de España
Valdemoro señala con el dedo en un encuentro de Españalarazon

Madrid- «Comencé a jugar con una cinta en la cabeza porque de pequeña veía que ella lo hacía», dice Queralt Casas, que no había nacido cuando Amaya Valdemoro ya sabía lo que era debutar en Primera División. Ahora Casas (20 años) es una de las jovencitas que tienen el privilegio de compartir vestuario de la Selección con el mito viviente del baloncesto femenino, la jugadora profesional con más partidos disputados (hoy será el 255) y un ejemplo para cada una de sus compañeras. Lucas Mondelo, el seleccionador que las está guiando en el Eurobasket que se disputa en Francia, la define como la «tormenta perfecta», por su insaciable apetito de competición y triunfo, mientras que José Luis Sáez, el presidente de la Federación, la considera «patrimonio del baloncesto español». A todos las que la rodean se les agotan los elogios para una chica que empezó haciendo atletismo en el colegio y soñaba con ser una mediofondista de éxito hasta que el balón y la canasta se cruzaron en su camino.

Era amiga y hermana de chicas mayores que jugaban, hasta que un día alguien la puso en el equipo porque era mejor que todas las demás. Desde entonces, 254 partidos, récord absoluto tanto en chicas (Marina Ferragut, 253) como en chicos (Epi, 239). Nadie ha jugado tanto como ella, por mucho que se hayan empeñado en retirarla muchas veces. Tiene 37 años, pero conserva el carácter jovial de una adolescente. Sólo hay dos cosas que le borran la sonrisa. Una, el recuerdo de su madre, a la que perdió con 18 años. «Poco antes de morir, me llamó y me dijo que me acordara de ella cada vez que anotara una canasta», contaba emocionada en Informe Robinson. El otro asunto que la entristece es imaginar la retirada, algo con lo que no sabe cómo va a convivir: «Seguro que me va a faltar algo, porque meter un balón en una canasta es lo que he hecho durante casi toda mi vida». Convertirse en ex jugadora le da más miedo que los dolores que le acompañan en cada sesión de entrenamiento. Tiene muchos kilómetros en sus piernas y asegura pasar más tiempo «en la habitación de los fisioterapeutas» que en la suya durante las concentraciones. Es el peaje por tener ocho ligas, una eEuroliga, nueve copas de la Reina y tres anillos de la NBA en la estantería del salón. Es sólo un resumen del palmarés de la mejor jugadora española de la historia, que no juega a las cartas en las reuniones familiares porque pierde y es algo que no soporta.

«Icono», «ejemplo», «líder», «referente» o «símbolo» son las palabras con que la definen sus compañeras. Adjetivos enormes para una carrera inigualable.

Así la ven sus compañeras de Selección

- Cindy Lima

«Es carácter, casta y talento. La que me inculcó la mentalidad ganadora»

- Laura Nicholls

«Ella ha cambiado mi forma de ser dentro y fuera de la cancha»

- Elisa Aguilar

«Buque insignia, competitividad, garra, pasión y liderazgo»

- Laia Palau

«Es mi compañera de trincheras en cada batalla, en lo bueno y en lo malo»

- Leonor Rodríguez

«Un auténtico referente para el baloncesto español femenino»

- Marta Xargay

«Es nuestra identidad. La imagen y la fuerza de España»

- Cristina Ouviña

«Decir Amaya Valdemoro es decir baloncesto con mayúsculas»

- Laura Gil

«Es un símbolo. Para mí es un honor poder entrenarme junto a ella»

- Luci Pascua

«Es el carácter y lo que queremos transmitir en la pista. Una institución»

- Alba Torrens

«Es y ha sido una líder. Nos ha llevado a lo más alto. Un ejemplo por todo»

- Silvia Domínguez

«Es una líder, un referente. Historia pura del deporte español»

- Anna Cruz

«Todo carácter. Ha sido, es y será un referente para todas nosotras»

- Queralt Casas

«Es un icono que hace latir a la Selección española de baloncesto»

- Isa Sánchez (2ª Entrenadora)

«En una sola frase: orgullosa de ser española»

Sus muñecas hicieron «crack»

El 12 de octubre de 2011 se rompió las dos muñecas y tuvo que volver a aprender a tirar a canasta. Un problema que hubiera retirado a cualquiera menos a Amaya.