Copa del Rey de Baloncesto
Las gradas interminables
El diario de la Copa, por Tomás Bellas, base del Herbalife Gran Canaria
Y por fin pasamos de ronda, después de tantos años luchando por conseguirlo. Desde que nos hemos levantado hemos tenido la sensación de que el día iba a ser muy pero que muy largo. Desayuno a las 10, vídeo a las 11 y salida al pabellón para hacer un poco de tiro a las 12. Primera toma de contacto en el Buesa Arena con unas gradas que parecen interminables. Vuelta al hotel y ducha. Bajamos al hall del hotel donde no cabe ni un alfiler. Agentes de representación, de marcas deportivas, entrenadores, patrocinadores... Gente del mundo del básket.
A comer y siesta de dos horas. Snack y salimos a las 19 30 al pabellón. Se nota en el ambiente una mezcla de sensaciones; por un lado, la tensión que conlleva este tipo de partidos, y por el otro, la convicción de que podemos pasar a "semis".
Se acerca la hora de la verdad. Lloviendo, frío en la calle y cientos de aficionados mojándose con el objerivo de hacernos saber lo que nos jugamos. Bajamos uno a uno de la guagua escuchando nuestros nombres... La adrenalina sube.
Una vez en la cancha, una atmósfera indescriptible, aficiones animando a sus equipos y la nuestra, haciéndonos sentir como en casa. Balón al aire. Lo bueno ha comenzado...
Hemos ganado de 12 a un Bilbao siempre luchador y competitivo.
Hemos celebrado la victoria sabiendo que mañana (ya hoy) tendremos una dura batalla contra Valencia Basket.
Llega el momento de cenar, responder todos los mensajes de felicitación recibidos e intentar conciliar el sueño con mi colega Roberto Guerra.
¡¡¡¡¡VAMOS GRANCA!!!!!!
Tomás Bellas
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