Baloncesto
Llull pone el rock and roll
El Madrid, a falta de tres jornadas, sigue líder tras un clásico que reflejó la crisis del Barça.
El Madrid, a falta de tres jornadas, sigue líder tras un clásico que reflejó la crisis del Barça.
En la cuenta atrás hacia los cuartos de final el Madrid se apuntó un clásico con asterisco. Para el Barça lo de ayer era una excursión sin más. Suena duro para un clásico de la competición, pero es la penosa realidad de un equipo que perdió la brújula hace tiempo. Para los de Laso ha llegado el momento en el que no se puede fallar porque tampoco lo hace el CSKA y está en juego el liderato y el, a priori, cruce más sencillo para buscar la «Final Four» de Estambul. Restan tres jornadas y la primera se disputa entre hoy y mañana. Al Real Madrid le queda viajar a Atenas (Olympiacos) y dos partidos en casa (Fenerbahçe y Efes), un calendario de lo más exigente. Los rusos juegan en Kazán. Es su partido más sencillo porque luego visitan al Panathinaikos y acaban en Moscú ante el Olympiacos. El «premio» es, en teoría, un cruce con el Estrella Roja, el menos potente entre los aspirantes a la octava plaza. Los serbios son una amenaza en Belgrado, pero fuera son el equipo más débil con diferencia.
Si hay un jugador que no distingue días con asterisco es Llull. Al base le va la marcha y si enfrente hay camisetas azulgrana, más. Anotó 8 puntos en el primer cuarto, pero lo hizo sin los clásicos fuegos artificiales. Hubo que esperar al último instante del segundo cuarto para que regalase una de sus «mandarinas» como anuncio de lo que se avecinaba. En el tercer periodo decidió que era el momento de empezar a divertirse. Anotó ocho puntos seguidos, repartió tres asistencias adornándose y se convirtió en el animador de un clásico hasta entonces carente de rock and roll. Ayón se sumó a la fiesta y al Barcelona sólo le quedó abrir el paraguas para soportar el chaparrón. Puntos, intercambio de golpes y la mejor noticia para el Madrid es que el susto que dio Doncic con un resbalón antes del descanso se quedó en nada. El adolescente esloveno regresó para completar la fiesta blanca y seguir haciendo un poco de todo.
¿Y el Barça? Llegó al clásico ya eliminado a falta de cuatro partidos para el final de la primera fase y dio síntomas de equipo en descomposición. Las vitaminas de Diagné evitaron un despegue prematuro del Madrid, pero antes del descanso evidenció que no está para nadie. Bartzokas acabó expulsado por dos técnicas en la enésima prueba de un grupo fracturado. Se encaró con los árbitros pidiendo respeto, empujó a su segundo y acabó jurando fuera del partido. Con su entrenador desterrado en los vestuarios, Rice estaba charlando y echando unas risas con Carroll... Los 14 triples anotados evitaron que no se repitiera la sangrante derrota de la primera fase en el Palau (63-102) y que fue el principio del fin del actual Barça.
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