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El Valladolid de Baloncesto desvela por error el "lío de cuernos" de uno de sus jugadores

Un "tuit" felicitando a Sergio la Fuente por su paternidad ha sacado a la luz su mayor secreto

Sergio de la Fuente
Sergio de la FuenteTwitter

No hay secretos en la era de internet. Las mentiras tienen patas cortas y las redes sociales aún lo ponen más difícil, y el español Sergio de la Fuente ha sido la última víctima. Es que su club, el Real Valladolid de Baloncesto, que juega en la LEB Oro española, terminó abriendo paso a un escándalo amoroso para su capitán. Es que gracias a una simple publicación de Twitter, y a la ayuda del exjugador Fernando San Emeterio, terminaron dando a conocer que tiene una doble vida.

El club simplemente hizo alusión al nacimiento de la hija de de la Fuente y su pareja Laura, felicitándolos: “¡Bienvenida al mundo, Carlota! ¡Y enhorabuena a Laura y Sergio por esta grandísima noticia! ¡Una ardilla más en la familia!”.

Pero lo que parecía un tweet totalmente inofensivo y sin mayor repercusión se tornó en un escándalo gracia a la mujer de San Emeterio, Alicia, quien no dudó en responder y afirmar que Sergio es ¡pareja de su hermana!: “Anda! Pues qué sorpresa! Si este chico era el novio de mi hermana hasta ayer mismo!! Llevaban 3 años!! Oye, pues nada! Que sea muy feliz y que viva el poli amor” escribió en Twitter.

Y el propio ex Baskonia y Valencia hecho aún más leña al fuego al confirmar con dos simples palabras el tuit de su mujer: “Doy fe…” expresó de manera corta pero contundente.

De esta forma, según la versión de la mujer de Fernando San Emeterio, el jugador del Valladolid de Baloncesto Sergio de la Fuente habría mantenido dos relaciones en paralelo a escondidas, e incluso llegó a tener un hijo con una de las dos mujeres fruto de esa relación.

El Valladolid de Baloncesto, viendo el ruido que se estaba generando a través de las redes sociales, decidió eliminar el tuit poco después para evitar dejar rastro y no seguir avivando la polémica. Pero nada ha podido evitar que la noticia corra como la pólvora en la red del pajarito hasta convertirse en un auténtico culebrón.