Sao Paulo
Cara a cara: ¿Debe el Madrid vender a Di María?
Un «fideo» negro en la sopa blanca; por José Luis Suárez
Mira, Alfredo, siempre te he tenido por un hombre coherente, al que le gustaba respetar los escudos, los símbolos. Y Di María, desde hace tiempo, ofende la historia del Real Madrid. Estamos ante un futbolista sensacional, con desborde, disparo y descaro. Ese mismo adjetivo para analizar su trayectoria en España. Todos le conocemos ya. Aprieta su estado físico para ponerse en el mercado, para buscar renovaciones, para encarecer un hipotético traspaso. En esta sopa tan bien cocinada por Ancelotti sobran fideos negros. Quiere agriar un producto sobresaliente con un ego incomprensible. Si el argentino no acepta su rol es que no conoce el negocio. Jamás, ni en el Bernabéu, ni en el Parque de los Príncipes, ni en el Etihad será la estrella. Cristiano, Bale, Ibrahimovic, Agüero serán siempre los iconos. El problema de este «angelito» es que no aprende. Özil e Higuaín sintieron ese mismo picor de autoestima y dieron pasos atrás en sus carreras. Pero la ecuación es sencilla. Quien no quiera jugar en el Real Madrid no merece jugar en el Madrid. A sacar tajada del «Fideo».
w Jamás se llevará la gloria
Quieres que te compre que es el mejor de Argentina. En fin. Le pasará lo mismo. Si la albiceleste gana, los honores serán para Messi. Debe asumirlo, es un jugador de equipo, y cuando está comprometido, un extraordinario jugador de equipo. Para su desgracia, hay una decena de Di Marías en el mercado.
w Traición a Ancelotti
Morder la mano del padre nunca fue sensato. Carletto le salvó de la quema, apostó por su continuidad y desde la distancia le traiciona. No me parece muy honesto. Además, cambia su discurso sobre el mejor jugador del mundo. Ahora, como está con la «Pulga», es él. Muy coherente. Me encantaría ver la cara de Cristiano, quien también medió para seguir en el Club. Alfredo, hay que anteponer el respeto al escudo siempre, lo demás, mercancía de traspaso.
Es el mejor en su puesto; por Alfredo Duro
Me parece innecesario recordarte que, en su momento, fui precisamente yo uno de los mayores críticos con la actitud que el «Fideo» tuvo con la afición del Madrid. Desafortunada e intolerable, hasta el punto de poder haber significado el final de la relación de Ángel Di María con el club. Pero aquello pasó, Jose Luis. Y desde entonces lo único que has tenido oportunidad de ver cuando has puesto tu atención sobre lo que desarrolla en el campo es a un jugador desbocado, que ha hecho de la velocidad y el despliegue un espectáculo para el madridismo. Desde sus compañeros de ataque, para los que se ha convertido en un chollo, hasta una grada que lo jalea con el convencimiento de que sus galopadas y sus desbordes son garantía de gol. Se ha convertido en una seña de identidad en el modelo futbolístico del Madrid.
w Influencia probada
Tú, querido Jose Luis, tan observador y vigilante, no me puedes negar que toda esa influencia que Di María ha generado en el Madrid en este brutal final de temporada la ha sabido trasladar durante el Mundial a su selección. Hablan de Messi y sus goles pero sabes igual que yo que también en la albiceleste se ha convertido en indiscutible. Porque goles al margen, está siendo incuestionable. Es el único jugador en condiciones de darle luz al fútbol de Argentina. El único que parece entender la necesidad de darle variedad para que la jugada no acabe exclusivamente en Messi.
w Cambiar por cambiar, no
Os habéis vuelto locos por esa música que os gusta tanto: cambiar de estrellas porque devoráis las novedades. Sóis compradores compulsivos y ahora, en pleno Mundial, resulta tentador no cambiar a jugadores del perfil de Di María por estrellas emergentes. Pero no hay ninguno como él en su puesto. ¡Ninguno! Por mucho que busquéis, no lo encontraréis. Y si tienes dudas, pregúntale a Ancelotti por tu teoría. Te dirá que no hay nadie mejor para el Madrid. Que se queda con el «Fideo». Mientras, repásate el vídeo de la Décima.
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