A rueda: Milagros a más de 200 por hora

Para entendernos, la gravilla en el asfalto de un circuito es tan resbaladiza para un piloto de motos como una cáscara de plátano para un despistado transeúnte. Si la pisas en una curva te vas al suelo. No hay más. Salvo si te llamas Marc Márquez y eres el rey de las salvadas, alguien capaz de controlar una moto en situaciones extremas. Intentemos visualizar lo que ocurrió ayer a falta de 12+1 vueltas para sentir lo mismo que Marc: una moto a más de 200 kilómetros por hora pasa por encima de esas piedrecitas en plena curva, la rueda trasera comienza a resbalar irremisiblemente hasta que un latigazo sobresalta al piloto... Lo siguiente que vemos es a Márquez abriendo gas y logrando la victoria y el liderazgo del Mundial. ¿Cómo lo hace? Nadie se lo explica. Él, muy pillo, simplemente sonríe cuando se lo comentan. Michael Jordan tampoco sabía explicar cómo volaba.

La triple caída

Me pregunto qué habría hecho Marc en la triple caída de Lorenzo, Pedrosa y Dovizioso. ¿Hubiese conseguido salvarla también? Nadie lo sabe, pero tengan por seguro que se sospecharía de él. Ayer, no. Para Dirección de carrera no hubo culpables pese a la estridencia del incidente. Y acertó, a mi modesto juicio. Lorenzo se estaba sintiendo piloto otra vez, quería demostrar que a un triple campeón del mundo no se le olvida pilotar. Que sigue vigente pese a todos los rumores que le colocan fuera de Ducati.

Ninguneo a Lorenzo

Jorge está siendo ninguneado por casi todos y necesita resultados urgentes, por eso se tiró al interior de la curva como si no hubiese mañana. Cuando vio a Pedrosa intentó rectificar la trazada, pero Dani, que tampoco anda sobrado de crédito en Honda, dijo que él no cedía el sitio. Dovizioso fue simplemente la víctima colateral de una carrera al límite. Es el Campeonato del Mundo, aquí se viene llorado de casa.