► José Luis Sánchez: No, desapareció la magia

Querido Cristóbal, sé sincero. Te da igual Isco, si fuesen Asensio o Benzema también te pondrías de su lado para generar división en el Madrid. Te estás frotando la manos, disfrutas en estas situaciones. Es una situación de fútbol, sin más. Deberías contar cuántas situaciones similares viviste así cuando eras delegado del Sevilla. Cuando James tenía problemas con Zidane, ¿te acuerdas de qué lado te posicionaste? Te refrescaré la memoria: con el colombiano. Así que no me sorprende que quieras sacar tajada de este divorcio.

Solari, el justo

Los entrenadores no suelen tirarse piedras contra su tejado. Isco es un futbolista descomunal con un talento innato, pero no está. Es una pena, pero futbolísticamente no está. Desde que le frenó aquella apendicitis y hubo cambio en el banquillo está muy lejos de ese mago del balón. Cuando ha salido no ha sido determinante, cuando se ha querido tirar de él no ha respondido. La realidad del malagueño es dura, pero es así. Cristóbal, el césped no engaña. Ni siquiera la afición espera ya grandes actuaciones de Isco. Solari ve los entrenamientos, sabe en qué forma se encuentra y ejecuta en función de su criterio. Como diría el gran Mourinho: «Es Shimple».

De él depende

Esta ecuación es muy sencilla. Si Isco ha conseguido que su magia desaparezca, sólo tiene que volver a sacar brillo a sus mejores trucos. Ser el titular de las dos ultimas finales de Copa de Europa. Pero no únicamente en los partidos, también en los entrenamientos. En esa zona donde sólo los profesionales se miran a los ojitos. Sabes que el fútbol no es deleitar con controles, fintas, regates o destellos. Es el día a día, empujar en cada balón de lunes a domingo. Esperemos que Isco saque su lado rebelde, no baje los brazos y dé un paso al frente para que especialistas de las revueltas como tú no se aprovechen como siempre.

► Cristóbal Soria: Sí, «que jueguen siempre los mejores»

Cuando crees que ya lo has visto casi todo en este maravilloso mundo del fútbol, siempre llega alguna situación nueva que te sorprende, y el «caso Isco» es una buena prueba de ello. No voy a ser yo precisamente quien venga a descubrir las condiciones y las características del malagueño, pero faltaríamos a la verdad si no dijésemos que es de esos jugadores distintos y diferentes, capaces de hacer jugar siempre a su equipo. Podemos debatir si está pasado de peso o no, si ralentiza más o menos el juego, si tiene la cabeza en otro lado o no, pero lo que no se puede discutir, querido y entrañable José Luis Sánchez de La Sexta, es que es uno de los mejores jugadores en la actualidad.

Una gran frase de fútbol

Tuve la fortuna de compartir años de vestuario con muchos entrenadores y en esta ocasión me viene a la cabeza una frase de estas que te marcan: «Un entrenador tiene que poner siempre a los buenos». Y me lo argumentaba explicándome que si pierden, que pierdan ellos (los buenos) y no el entrenador. Parece que Solari no comparte esta máxima en el fútbol y quiere hacer valer sus bemoles antes que lo mejor para su equipo. Y aquí es donde queda completamente descalificado y desautorizado para seguir al frente de esta plantilla en lo que queda de temporada.

Trabajo de entrenador

Puede ser que Isco esté desanimado, o pasado de peso, o con la cabeza en otro lado, pero también es trabajo del entrenador darle su medicina para sacar la mejor versión futbolística del de Arroyo de la Miel. En este equipo blanco que no está precisamente sobrado de fútbol, no hay explicación posible para sostener la no alineación de Isco en el Benito Villamarín. Igual Solari ha perdido una buena ocasión para meter en la pelea a un jugador que es capaz por sí solo de levantar a la afición, tan necesitada de revulsivos y de referentes últimamente.