Tras cuatro meses sin una convocatoria, Julen Lopetegui ha vuelto a ser el seleccionador revolucionario que acostumbraba. Esta semana vuelve la Selección para el partido contra Israel, el 24 en Gijón, y luego el amistoso del 28 contra Francia. En la última lista hay caras nuevas como Illarra, Deulofeu o Ander Herrera, amén de la amnistía para Pedro. Aunque Julen sigue contando con Jordi Alba lejos de su mejor momento cuando hay otros laterales que llaman con fuerza a la puerta como Marcos Alonso o Jaume Costa, que están haciendo una temporada espléndida.

Tras dos fracasos

La llegada del técnico vasco ha sido un chorro de aire fresco para renovar la ilusión de una Selección que en los últimos tiempos lo había perdido casi todo dentro del campo, así como la motivación fuera. Del Bosque gestionó bien la herencia de Luis, pero convengamos en que lo de Brasil fue un fiasco monumental y lo de la última Eurocopa, la guinda amarga del gran fracaso. A Lopetegui hay que exigirle resultados y objetivos y los primeros son esperanzadores para llegar al Mundial de Rusia.

Sentido común

A mi modo de ver, Julen comenzó con sentido común, gestionando muy bien eso que Del Bosque bautizó como transición dulce de Casillas a De Gea, aunque al final el asunto se le escapó de las manos a Vicente con aquella movida y sus declaraciones contra el capitán. El nuevo seleccionador le dijo a la cara a Iker que no tenía las puertas cerradas, pero que era mejor dar paso a David. Y así seguimos. Estos dos partidos contra Israel (el importante de clasificación) y el amistoso contra Francia serán una nueva prueba para un Lopetegui que volverá a ser examinado con lupa.