Orgullo de campeón, por Quim Doménech

El Barça tiró de orgullo para sobreponerse a la inferioridad numérica y mantener su récord de imbatibilidad. A Messi se le vio picado y celebró con rabia un golazo obra de la casa. ¡Vaya rosca! El argentino tenía ganas de reivindicarse y lo demostró otra vez mientras Cristiano miraba desde el banquillo, sustituido pensando en la final de la Champions. Los azulgrana acabaron agotados, pero dieron por bueno el empate en un clásico marcado por la polémica. Qué duro fue defender con uno menos, pero lo dieron todo a pesar de tener la Liga ganada. Se vaciaron y lograron poder presumir de que el Madrid no les ha ganado en ninguno de los dos duelos directos que han tenido esta temporada. El mejor colofón.

Mucho valor

Cualquier culé habría firmado llegar al clásico con la Liga ganada, recibir al Madrid en el Camp Nou pudiendo contemplar el partido sin ningún temor a la derrota. Que nadie olvide que esta temporada tiene mucho valor. Una mala noche en Roma evitó el ansiado triplete. El equipo ha recuperado las buenas sensaciones y Ernesto Valverde ha devuelto la tranquilidad al vestuario. Messi le abrazó tras ganar laLiga y la plantilla reconoce el mérito que tiene haber logrado el doblete, tan poco habitual en el global de la historia y más frecuente en la última década. La Champions, al final, son detalles. Ya lo dijo Zidane, es más complicado ganar la Liga.

Gracias, Andrés

Ha sido un clásico marcado por la despedida de Iniesta. El fútbol le echará de menos. Esperemos que el Barça no tanto. Tras unos meses de transición dulce, el cambio natural debe ser la irrupción de Coutinho. Ha tenido unos meses para adaptarse. Ahora toca dar un paso al frente y liderar el centro del campo azulgrana.