Tenemos el don de ganar finales

«Sí, sí, sí la Undécima ya está aquí». Éstos eran los gritos de la afición madridista que retumbaban en el estadio de San Siro, por las calles de Milán y, por supuesto, en la plaza de la diosa Cibeles. La final fue muy intensa, con un derroche físico extraordinario de ambos contendientes. Y de nuevo un gran Atlético se quedó a las puertas de conquistar su primera Champions. El nuevo e ilusionante proyecto de Florentino Pérez coge forma con muy buenas hechuras. Zidane enderezó el rumbo de una nave que en el mes de enero se iba a la deriva irreversiblemente. El técnico galo, en tan sólo cinco meses, ha logrado que esta magnífica plantilla conquiste una nueva Copa de Europa.

El gran título

Ahora es el momento de analizar y evaluar la temporada. Por supuesto que con un título, el mejor de los títulos, esta circunstancia se gestiona mejor. Se deben analizar los puntos fuertes y debilidades del plantel. Los refuerzos deben ser pocos, pero muy selectivos. El Madrid tiene un don único en el fútbol. Llega y sabe conquistar finales. El sábado también supo sufrir y cuando los peores presagios acechaban al club de Concha Espina de nuevo sacó su ADN ganador y, aunque tuvo que pelearlo, acabó levantando otra vez la «Orejona».

Grande Casemiro

Yo lo venía avisando en «El Chiringuito» y en estas páginas de LA RAZÓN. Tenía plena confianza tanto en Zizou como en el plantel de jugadores. Y nos ha faltado muy poco para recuperar toda la ventaja que nos llevaba el Barça y conseguir también la Liga. Por cierto, Casemiro titular. Extraordinario en todas las facetas del juego, inteligente, generoso y siempre dispuesto a echar una mano a cualquiera de sus compañeros. Tácticamente fue un coloso en la noche milanesa. Y se ha reafirmado y confirmado como un jugador imprescindible en los esquemas de Zinedine Zidane.