Tira tira: Goles para cicatrizar las heridas

Ha decidido Griezmann elevar el listón de su talento sobre el terreno de juego y eso lo agradecen el Atlético y una hinchada recelosa con sus algo más que coqueteos para irse desde hace meses, pero que ha optado por la inteligente postura de centrar sus emociones en jalear y bendecir las bondades futbolísticas del francés. Al menos hasta que se vaya a final de temporada al Barcelona, porque me da que por aquí no sirve ya para nada eso del «Griezmann quédate».

Una joya

Antoine puso de pie al Metropolitano con un espectacular remate en el área, dificilísimo y a la vez estético a más no poder, una joya que se estrelló en el palo. Habría sido uno de los goles de la temporada. Sí le entró luego otro disparo que abrió en canal a la hasta entonces sólida defensa de los amarillos del Las Palmas. Y desatascado el duelo, lo que vino después fue ya coser y cantar. Un quite del perdón del equipo a su afición, tras la frustrante eliminación copera en Sevilla. Un bálsamo para empezar a cicatrizar esa herida, que se ha sumado este año a la más profunda del KO en Champions.

Y Vitolo... ¿qué pasa?

Luego marcó Fernando Torres otro golazo que enloqueció a la grada, porque el «Niño» sigue estando en el santoral rojiblanco por los siglos de los siglos. Amén. Cerró la cuenta Thomas y en medio de ese estado de maquillada felicidad sí volvió a quedar abierta una duda existencial: ¿qué es lo que pasa con Vitolo? Porque el internacional canario no acaba de entrar aún en la dinámica de Simeone, que ayer apenas le dio diez minutos al final, los mismos que contra el Girona y cero patatero la noche trágica de Sevilla, aunque ahí el ambiente estaba muy caldeado contra el futbolista canario por su pasado en Nervión.

Asignatura pendiente. Para Vitolo y también para el Cholo Simeone.