Pinto
Kittel suma al sprint su tercera victoria en cuatro días del Tour
El alemán Marcel Kittel (Giant Shimano) confirmó su monopolio del esprint en el Tour de Francia con su tercer triunfo, logrado con una superioridad que le acredita como el mejor velocista del mundo, en una jornada en la que el británico Chris Froome se lesionó la muñeca en una caída y el italiano Vincenzo Nibali conservó el liderato.
Kittel no perdona. Si hay llegada masiva arrasa sin compasión, con el hambre de un esprínter de pura raza. Bien guiado por sus lanzadores anuló la arrancada del noruego Alexandre Kristoff (Katusha), que pensó que la única forma de ganar al germano era atacando de lejos.
Así tampoco hubo manera. El ciclista de Armstadt, de 26 años, celebró su séptima victoria en el Tour ante Kristoff, impotente ante el huracán alemán y el francés Arnaud Demare. Una cifra que le iguala en el historial con ilustres como Bahamontes, Cancellara y Poulidor. Aparte de que mide 1,90, ya está entre los grandes.
El Tour volvió a Francia después de tres días en Gran Bretaña, al territorio donde empezó la I Gran Guerra. El viaje de 163,5 kilómetros entre Le Touquet y Lille tenía la etiqueta de transición, propicio para los esprínters. Y se cumplió esta parte del pronostico, pero eso de transición.....Froome se complicó la existencia con una caída que le dejó una muñeca maltrecha.
El británico de origen keniano entrará en la temida etapa del pavés con dudas. Un enganchón en los primeros kilómetros con el ciclista que llevaba delante le hizo aterrizar en el asfalto. Heridas de "chapa y pintura"en un costado, pero el gesto de dolor delató un pronóstico algo más serio en su mano izquierda.
Froome, que cayó junto al holandés Mollema y el campeón de España Jon Izagirre, se reincorporó al pelotón antes de ser asistido en carrera por la doctora Florence Pommerie. Su director le facilitó una muñequera y quitó hierro al asunto. "Ha sido un susto sin consecuencias", dijo.
Los rivales tomaron nota del incidente. Llega la primera etapa clave con 15 kilómetros de adoquines, en los que el traqueteo obliga a agarrar el manillar con más fuerza de la habitual. En la ley de la selva una muestra de debilidad puede ser letal, y Froome podría estar mermado ante la batalla de la Roubaix.
Todos los favoritos salvaron el día pensando en esta cita. Nibali entrará líder en el "Infierno del norte"y Alberto Contador ganó dos plazas en la general. Ahora es quinto, dato trascendente porque en el pavés podrá llevar el coche de equipo más adelantado. Ante una avería puede ser un detalle decisivo. "Llega una etapa de supervivencia, una lotería", a la que el ciclista de Pinto llega a dos segundos del líder y empatado con el resto de los "gallos".
La jornada en Nord Pas de Calais registró la baja antes de la salida del luxemburgués Andy Schleck, vencedor del Tour 2010, que sigue su trayectoria en caída libre. Luego se encargaron de animar el trayecto el español Luis Ángel Maté (Cofidis), "el Lince andaluz"y el veterano aventurero francés Thomas Voeckler.
Aventura extinguida de antemano, controlada para echarla abajo a 17 kilómetros de meta, cuando los trenes del Garmin y Omega tiraban a toda máquina. A 1.500 metros de la meta de Lille aparecieron en cabeza los hombres de Kittel, un tal John Degenkolb y Tom Veelers, ciclistas que podrían ser perfectamente líderes en otros equipos.
Al noruego Kristoff se le ocurrió la idea de atacar de lejos en la recta de meta. Algo hay que hacer para sorprender a Kittel, pensaría el compañero de Purito en el Katusha. Cierto que abrió un pequeño hueco, pero cuando el monstruo alemán mete la directa impone su descomunal fuerza . Probablemente el ciclista más rápido del mundo.
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