París
Sonrisas y lágrimas
El Etixx celebra la victoria de Stybar, pero pierde al líder, Tony Martin, a tres días de la crono por equipos.
De la meta de Le Havre a los hoteles de la mayoría de los equipos en la sexta etapa del Tour apenas hay distancia, así que los ciclistas, concluida la jornada del lento caminar por la bellísima costa de Normandía y sus impresionantes acantilados, continúan directos a «casa» sin pasar por el autobús. Con esa intención va Chris Froome, hasta que se topa en su camino hacia el masaje y el descanso con el autobús del Astana y, acompañado por Luke Rowe, decide frenar y entrar. Busca a Nibali, que le considera culpable del incidente. Quiere hablar con él de la caída que a 800 metros de la meta ha provocado Tony Martin tirando al siciliano y éste, por inercia inevitable, a Froome. Lo han aclarado y Nibali ha pedido disculpas al nuevo líder.
«Llevo once años viniendo aquí, corriendo el Tour y nunca había visto algo así», exclama impresionado Markel Irizar. «¡Qué pasada!, no puedes hablar con nadie en el pelotón». Y si lo dice él, el «Bizipoz», la alegría de las carreras al que nunca le falta conversación ni sonrisa, tiene que ser cierto. El enésimo ejemplo de que en los últimos años se están produciendo demasiadas caídas implicando a los grandes del pelotón no se hace esperar. En el último repecho, a 400 metros para la meta, Tony Martin cae y se parte la clavícula contra el asfalto. El alemán arrastra en su despedida a Nibali y éste a Froome. Y después, la montonera, el caos.
También cae Nairo Quintana, que no puede ir tampoco directo al hotel, pues tiene que curar el codo y la mano derecha. «Estoy bien, espero que no sea nada», tranquiliza. «No hay tregua y la parte final ha sido una auténtica batalla de equipos. Íbamos despacio, que se recuperen los caídos», desea Contador. A Tony Martin ese augurio ya no le sirve para nada. Con el brazo en cabestrillo y ayudado por un mecánico del Etixx se monta en la bicicleta. No puede apoyar la mano en el manillar, pero quiere acabar la etapa. Honor al maillot «jaune». El lunes, Cancellara se rompió las costillas vestido de líder y ahora él. Amarillo maldito. Hoy será Froome quien lo porte.
La cara feliz era la de Stybar, también del Etixx. Mientras Tony Martin entraba acompañado de Kwiatkowski, Vermote y Trentin, Stybar, la perla checa, el campeón del mundo de ciclocross que consiguió el arcoíris sobre el barro sin correr una sola carrera de la Copa del Mundo, celebraba su triunfo en la meta de Le Havre.
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