Camino de España

Nervios, quejas y un paso por la catedral en la despedida de la Vuelta de los Países Bajos

La carrera regresa a España sin demasiadas heridas a pesar de los lamentos de Valverde y de la retirada de Woods. Gana Bennett y Affini es el nuevo líder

Los ciclistas pararon en la catedral de Breda
Los ciclistas pararon en la catedral de BredaJavier LizonAgencia EFE

«El trazado, no me jodas», se quejaba Alejandro Valverde después de la etapa, la última por territorio neerlandés antes de viajar a España para retomar la carrera a partir del martes. No quería quejarse demasiado el murciano, pero no pudo contenerse. «El recorrido, después cuando me pegue una ducha podemos hablar porque si hablo ahora», decía antes de soltarse.

«No lo quiero decir porque me voy a calentar. No puede ser este tipo de circuito. Hemos pasado por pueblos como si hubiéramos pasado siete veces por el mismo pueblo. Yo creo que no había más pueblos para pasar. No me he caído porque controlamos increíblemente bien», añadía el campeón del mundo en 2018. Sin embargo, no pretende elevar ninguna queja a la dirección de carrera. «No voy a hablar con nadie de la organización, con lo que he dicho ahora vale», afirma.

Valverde se libró, pero una caída dejó fuera de la carrera al canadiense Michael Woods, el hombre que consiguió el bronce en el, Mundial de Innsbruck, donde Valverde consiguió el oro. Woods era el hombre fuerte del equipo Israel para la general y su marcha carga más responsabilidad sobre la espalda de Chris Froome. El ganador de dos Vueltas y cuatro Tours está lejos de su mejor nivel y el Israel es uno de los rivales de Movistar en la lucha por la permanencia en el WorldTour.

La de Woods es una ausencia destacada para la carrera, que ha vivido los primeros días con tensión en el pelotón, pero con mucha calma a la vista del espectador. Dos etapas planas y dos llegadas al esprint con el mismo vencedor, Sam Bennett, que volvió a imponerse a Mads Pedersen en el esprint.

Muy superior se ha mostrado en las dos llegadas el irlandés, que este año ha regresado a casa, al Bora, el equipo del que se marchó para no tener que repartirse las carreras con Ackermann, el velocista que ahora corre en el UAE y que parece lejos del buen nivel que ofrece su ex compañero.

Bennett se marchó al Quick Step para mandar en los esprints y se encontró con Jakobsen y ahora en su regreso al Bora sigue sumando triunfos en la Vuelta a España, una carrera que le sienta bien,

Las etapas neerlandesas se deciden al esprint después de un guion extraño. La escapada es un trámite que hay que cumplir sin más esperanza que dejarse ver en televisión y luchar por los puntos escasos, para la lucha por el maillot de la montaña que ofrecen los discretos puertos que en España no serían puntuables. Igual que sucedió en la etapa del sábado el pelotón no les dejó distanciarse mucho.

Tan tranquilas son las etapas para la lucha por la general que el Jumbo se permite rotar el maillot rojo entre sus corredores. El primer día fue Gesink, el veterano corredor neerlandés, el afortunado. Teunissen, otro neerlandés, lo heredó en la segunda etapa. Ahora es Edoardo Affini, un italiano de 26 años. el que ha entrado en la rotación. Será el primer ciclista en vestir de rojo por las carreteras españolas.

«Ser líder de la clasificación general es una sensación increíble. Es una locura poder conseguir este liderato. Quiero agradecérselo a mi equipo y a mis compañeros. Han estado pensando en esto, y es bonito por su parte que me hagan este regalo», reconocía el italiano del Jumbo después de vestirse de rojo en la meta de Breda.

Ahora la carrera vuelve a comenzar de nuevo en España. Los corredores se han tomado los primeros días como un prólogo alargado antes de que comience la carrera de verdad. Algo que ya vivió el Tour en las primeras jornadas que se disputaron en Dinamarca. En Francia, la carrera fue distinta, más viva, más disputada.

En los Países Bajos el terreno no ofrece las mismas dificultades que en España, donde no es habitual que las dos primeras etapas acaben disputándose al esprint. Pero la tranquilidad se ha acabado y la carrera ya se acerca a territorio salvaje.

Parada en la catedral

El ciclismo, a veces, ofrece imágenes insólitas, como la de los líderes de las cuatro clasificaciones de la Vuelta entrando en la catedral de Breda en plena carrera para hacer una ofrenda. Detrás de ellos, todo el pelotón. El que era líder de la carrera, Mike Teunissen; el de la montaña Julius van den Berg; el de la regularidad, Sam Bennett y el británico Ethan Hayter, líder de los jóvenes, fueron los primeros en entrar. Teunissen y Van den Berg, los dos neerlandeses, encendieron dos velas en señal de respeto.