Fútbol
Cornadas
Lunes 28
CR7 y Bale. Real Madrid por aquí y por allá. Napoleónico Real Madrid.
–Si Napoleón viviese, ni lo dudes, sería del Real Madrid. A Napoleón le excitaba el carácter imperialista –me dice Hernán San Pedro.
Pues sí. Napoleón y el no menos napoleónico don Manuel Fraga (ya en algún parador de los cielos) con su célebre frase «La calle es mía». El Real Madrid, a lo Fraga, podría decir también «Europa es mía». Lo es: en baloncesto y en fútbol. Cada vez que el Real Madrid españoliza a Europa, algo vital y alegre vibra en mí.
–Te sientes muy español.
–Pues sí, a pesar de que hoy, en España, sentirse muy español no es nada progre. No afeitarse, no llevar corbata y no presumir de patriota es lo que para los progresistas es ser progresista.
CR7 y Bale. De ellos digo lo que yo pienso, si bien ignoro lo que de ellos piensan los sabios del Real Madrid. Pienso que deben seguir. Ellos hacen feliz y europeo al Real Madrid y a sus seguidores, y también pienso que más vale talentos contrastados como los de CR7 y Bale que talentos no suficientemente contrastados. ¿Los hay?
–Neymar.
–Bueno, ése sí.
Martes 29
Lío. Lío. Al español le va la marcha del lío. Ya lo dijo no sé quién:
–España es un país maravilloso; su problema, políticamente, son los españoles.
Lo digo por Pedro Sánchez. Le sucede a Pedro Sánchez lo que al entrenador del Liverpool, Klopp. A Klopp no se le dan las finales europeas de fútbol: las pierde todas. Y a Sánchez, al parecer, le pasa igual: pierde también las elecciones «finales» con urnas. De ahí que se le haya ocurrido lo de la moción de censura.
–Un modo, a lo mejor, de dejar de perder
–Económicamente, si ganase la moción –me afirman empresarios de tronío–, sería caótico para España.
La obsesión de Pedro Sánchez, ciertamente, no es «gobernar» a los españoles, sino sentarse en el «puente de mando» de la Moncloa, de igual modo que la obsesión de CR7 es ganar más que los que más ganan, Messi y Neymar. Hay egos y egoísmos químicamente incurables.
Miércoles 30
Cornadas. Como España es una piel de toro, a nadie debe de extrañar la dialéctica de la cornada. Cornadas a Sergio Ramos y cornadas a Rajoy. La han tomado con Sergio, del que se destaca en la Ciudad Condal que es el futbolista más tarjeteado en la historia de la Champions con 32 cartulinas amarillas.
Está claro: quieren hacer con Sergio lo que los políticos populistas, separatistas, Bildu y Pedro Sánchez con Rajoy: cornearlo. Yo lo tengo claro desde que leí «El Crepúsculo de las Ideologías» de Gonzalo Fernández de la Mora. «Las ideologías –escribió– oscilan entre la utopía y la panacea. Lo ideológico no suele ser honestamente realista». La política para mí ya no es ideología. Es economía y sensatez.
–Pues las ideologías siguen existiendo.
–Lo sé
Jueves 31
Humor. El deporte de la política, a veces, es tan fascinante como el deporte del fútbol.
–¿Deporte la política?
– La democracia de partidos es competición.
He pasado la mañana delante de la televisión viendo cómo competían Mariano Rajoy José Luis Ábalos y Pedro Sánchez. Los goles parlamentarios de la política son la ironía, la gracia, la contundencia de los argumentos, la razón. Rajoy ha goleado a los dos. El humor, frecuentemente, mezcla la ironía con la verdad, lo cual que esto se le da de cine de dibujos animados a Rajoy.
–¿Por qué tengo que dimitir, señor Sánchez –le argumentó Rajoy–, si yo tengo la confianza de la ciudadanía (en las urnas) y de la Cámara. Usted no.
El fútbol es bello con jugadores como Messi y CR7 y el deporte de la política también es bello con parlamentarios como Rajoy. Siempre he admirado el talento y el ingenio, tanto en fútbol como en política. Lo que ocurre es que a veces la estulticia gana al talento y al ingenio. Y al sentido común.
Viernes 1
ZZ. El Real Madrid era su jaula de oro: en ella, ganaba títulos a tutiplén, era querido, no se le amustiaba la flor. ¿Qué es lo que no le relucía a ZZ en esa jaula de oro? Enigma. Se va impelido por la pulsión de varias sensaciones: se siente desgastado y duda de sí mismo, resumiendo. ¿Hay algo más? Zidane, como tengo escrito, es ahijado de los ángeles. Él mismo es angélico: su sonrisa, su señorío, su talante. ¿Hay algo más? No lo sé. A lo mejor es verdad que hay hombres como él: angélicos. Va a ser difícil «el cambio», FP. Los «cambios», casi siempre, son de temer. Otro cambio, por cierto: el de Rajoy por Pedro Sánchez. Dios de la democracia, protégenos, si es que la democracia tiene dios.
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