Barcelona

¿Debe Zidane seguir entrenando sin título?

La Razón
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Es un genio y un valiente; por Alfredo Duro

Me importa un rábano lo que diga el Colegio Nacional de Entrenadores. Y lo digo con el máximo respeto, pero también con conocimiento de causa. Porque ya os veo venir, Carme. De repente aparece en escena Paco, el gran Paco Jémez, y os pega un subidón de esa madriditis que no os podéis quitar de encima. ¿Y para qué? Para tirar de demagogia barata y llevarnos a esa caprichosa e incomprensible dictadura de esas leyes en las que acaban refugiándose los mediocres. Zidane nos permitió tocar de cerca la eternidad. Hablamos de uno de esos dioses que, aburrido en su Olimpo particular, decidió bajar a la tierra, vestirse de blanco y hacer que tipos como yo nos sintiéramos inmortales.

Ha bajado al barro

Y para que te quede claro, Carme, hablamos de un valiente. De un tipo que demuestra humildad y modestia. Justo lo que les falta a muchos de los que le critican sin pararse a pensar que ZZ ha decidido empezar desde abajo. Manchándose de barro. Haciéndose cargo de un Castilla que, te olvidas con mala intención, juega en 2ª B. ¿Eso es saltarse la ley? Por eso hablar de Zidane es hablar de un gran ENTRENADOR. Con mayúsculas. Porque cualquier otro, en su caso, habría decidido tirar de fama y contactos para empezar a entrenar desde lo más alto. ¿Ha hecho Zidane en Francia los primeros cursos para llegar a ser el tipo de entrenador que exige la ley? ¿Ha sido Zidane capaz de ponerse a las órdenes de un entrenador como Ancelotti para comenzar a sentir la máxima exigencia del fútbol profesional desde un banquillo? ¿Hay algún banquillo más exigente que el del Madrid? ¿Ganó el Madrid la Décima con Zidane como asistente del entrenador? ¿Sigo, Carme?

La excusa perfecta

En Barcelona habéis encontrado con Zidane la excusa perfecta para justificar el disparate institucional en el que está metido tu querido Barça. Pretender equiparar un anecdótico problema legal con las graves sentencias a las que se enfrentan esos iconos del barcelonismo que tanto frecuentan últimamente los tribunales me provoca hasta ternura. Ésa es la ley de la que verdaderamente te debes preocupar. Cuidado, porque esos jueces no se llaman Paco ni Carme, pero saben mucho más de leyes.

¡Viva paco manque pierda!; por Carme Barceló

No. Y mil veces, no. Que me da igual si se llama Zidane o el lucero del alba. La ley, las normas y las reglas están para cumplirlas. Y porque esté en nómina del Real Madrid no tiene bula papal. Que no, Alfredo, que no. Zidane habrá sido un jugador impresionante –cabezazo a Materazzi al margen– y un ser encantador, pero no tiene la documentación en regla y, por ende, no puede ejercer de primer entrenador. Y lo digo yo, modesta periodista deportiva en activo, y lo dice Paco Jémez, modesto pedazo de entrenador que se gana el pan con el sudor de su frente y que no tiene ni «photocalls», ni luces de neón, ni grandes títulos en su historial ni pelo en la cabeza. Pero es un trabajador del fútbol legal. LEGAL. Con todas las letras y en mayúsculas. A Zidane le avala su clase en el césped e ir a unas cuántas clases aún para tener el título que le permita estar al frente del Castilla. Esto es así.

Contra 8 y por los pelos

Llegó el Castilla a Barakaldo como colista y salió con tres puntos, tres expulsiones en el conjunto rival y un penalti más que cuestionado. Curioso, ¿no? Mira, querido Alfredo, no me vengas ahora con la modestia de Zidane, su trabajo, la entrega y demás. A Zizou le avala la nómina de FP, el nombre del Real Madrid y poco más. Los resultados deportivos, una pena. Y no me recuerdes el nombre ilustre de Cruyff porque cuando llegó al Barça tenía el carné de entrenador plastificado y en la cartera. Llegó a la liga española con la documentación en regla. Esto también es así.

La única víctima es el fútbol

Alfredo, no me llores. Que el moco tendido me pone enferma. El Barça no necesita excusas. Se asumen los tribunales y los errores. Se aplaude la libertad de expresión y la valentía. Es decir, que los temas de Messi, Neymar y Piqué los llevamos de lujo. Y la clasificación liguera, mejor aún. No necesita el Barcelona recurrir a la ilegalidad de Zidane en el banquillo para cerrar los ojos a la realidad. Lo que es, es. Y como repite José Damián hasta el aburrimiento, la realidad es tozuda. Querido Duro: hasta que Zidane no tenga el carné, no puede entrenar. ¡Y viva Paco Jémez manque pierda!