Dos equipos de autor

El segundo en la Liga, el Valencia, moribundo las últimas temporadas y resucitado por Marcelino, recibe al líder, el Barça rearmado por Valverde este año.

«Pase lo que pase hoy, no habrá nada decidido y quedará mucho, pero claro que le damos importancia», afirmó Valverde, por medio de la palabra. Pero también con los hechos: no es casualidad que Leo Messi descansara justo la semana en la que se van a enfrentar al Valencia, por mucho que los azulgrana jugaran en uno de esos estadios en los que todos los futbolistas quieren estar, el Juventus Stadium. El triunfo sería un golpe psicológico a los perseguidores y Valverde convenció a Leo de que parara, aunque se reste importancia. «No es un triunfo mío, es lógica aplastante. Los jugadores saben que las temporadas son largas con una carga psicológica y de presión añadida», dijo ayer el preparador extremeño. Con esa tranquilidad ha caído de pie en un club siempre complicado, con la dificultad añadida esta temporada de empezar el curso perdiendo a Neymar y siendo derrotado con claridad por el Madrid en la Supercopa. Tres meses después, ha dado la vuelta a la situación.

«Vamos a mantener el estilo, pero aportando nuestro sello», dijo el entrenador en su presentación. Y su mano se nota en el equipo. Sin muchos dramas, ha cambiado el dibujo habitual de las últimas temporadas y que parecía intocable, el 4-3-3, para, en muchos partidos, blindar el centro del campo con un 4-4-2 con lo que el equipo se parte menos y no sufre tanto como la pasada temporada. En parte, la marcha de Neymar le ha ayudado a ello. Si Luis Enrique dio al Barcelona más verticalidad para apostarlo todo a la calidad de su tridente, Valverde lo ha dotado de una seguridad que le ha llevado a encajar sólo cuatro goles en doce jornadas de Liga, en parte también, por ser justos, por algunas extraordinarias actuaciones de su portero Ter Stegen. Mantiene la presión alta para robar el balón en campo contrario y con sus formas sencillas ha conseguido involucrar a toda la plantilla. El murmullo ahora es que el equipo aburre. «Que nos llamen resultadistas o resultones, que cada uno piense lo que quiera», afirmó ayer Valverde, que es el primero que admite que en ocasiones les falta profundidad. También ha vuelto a reinventar a Messi, que volverá a ser el quebradero de cabeza del equipo rival. «No sé cómo pararlo. Hasta ahora nadie lo ha hecho del todo», afirmó Marcelino. Pero, ¿quién duda de que el preparador del Valencia tiene un plan?

Si el toque de Valverde se nota en el Barcelona, se puede decir que el mayor responsable de lo que está viviendo el Valencia es su técnico. «Me ha sorprendido relativamente. Esperaba que el Valencia hiciera un buen año. Tiene un buen entrenador, buenos jugadores, un plan claro y no tiene partido entre semana. Con esos datos solo puede salir algo bueno», opinó Valverde. Pero visto lo visto los dos últimos años en el club de Mestalla es como el cielo y el infierno. En ese tiempo, el Valencia tuvo cuatro entrenadores: Neville, Ayestarán, Prandelli y Voro, y en ambas temporadas terminó en el puesto duodécimo, lejos de su nivel histórico y coqueteando en algunos tramos con el descenso. La plantilla ha cambiado, pero no tanto. Alguna salida de jugadores como Negredo, Nani o Enzo Pérez, la confianza en canteranos como Carlos Soler y Lato; y la incorporación de futbolistas como el portero Neto, Guedes o Kondogbia para apuntalar lo que ya había. Ha conseguido que todos vayan a una y ha cambiado hasta la opinión de los aficionados, que no hace mucho centraban su ira en Parejo, cuando ahora es el futbolista referente en el centro del campo. «Tienen el mejor contraataque de la Liga. Deberemos controlar nuestras pérdidas», analizó Valverde a su rival. «Ahora el estilo del Barça es algo diferente porque el perfil de los jugadores también lo es. El sistema sigue basándose en la posesión y conceden menos», dijo Marcelino sobre su oponente. Su equipo sólo ha ido perdiendo en lo que llevamos de la Liga durante ocho minutos, en el Bernabéu. Los dos conjuntos están invictos.