El equipo gallego se mete en los cuartos de la Liga Europa tras volver a vencer al Krasnodar en un partido en el que apenas sufrió.

Aquello de «no news, good news (que no haya noticias es una buena noticia)» fue lo mejor que le pasó al Celta durante la primera parte contra el Krasnodar. Traía el equipo español una ventaja de 2-1 de la ida de los octavos de final de la Liga Europa y se esperaba una salida en tromba del pujante conjunto ruso, pero nada de nada. Lo tuvieron todo controlado los celestes en un primer acto sin casi presencia en las áreas. Jugaron mucho rato en campo rival los chicos de Berizzo y cuando les tocó replegarse tampoco sufrieron. Nada que ver con la ronda anterior, contra el Shakhtar, donde se vivió un partido de vuelta de infarto resuelto a última hora. Pione Sisto volvió a ser un puñal por el costado izquierdo y un disparo suyo obligó a Sinitsin a volar para mandar el balón a córner. La pobre respuesta del Krasnodar fue un tiro de falta de Pereyra que le salió centrado, pero cogió un efecto extraño que obligó a Sergio a lanzarse al suelo. Poco más trabajo tuvieron los porteros. Contuvo el Celta a un oponente que desde septiembre sólo había perdido en su estadio contra el Schalke 04.

Era un duelo del centro del campo y de trabajo hasta que Guidetti se escapó cuando nadie lo esperaba. Parecía que la jugada de ataque había muerto, pero el sueco se revolvió y corrió al espacio para buscar un envío largo. Centró al área y, aunque Iago Aspas falló a la primera, el rechace le cayó a Hugo Mallo para que fusilara la meta rusa. Se le ponía todo de cara al Celta, obligado ya sí a retroceder unos metros. A la desesperada, el Krasnodar se lanzó a una ofensiva suicida. No le quedaba otra: necesitaba dos goles para llevar la eliminatoria a la prórroga. Llegó el momento de que los celestes supieran pasar un mal rato, y lo hicieron como grupo. Lo mismo se veía en el área española a Pione Sisto que a Guidetti. Nadie se escaqueaba, todos corrieron en una y otra dirección en un encuentro algo más alocado. El Krasnodar sólo agobió de verdad cinco minutos, a falta de un cuarto de hora para el final, en un tiro de Wanderson que se marchó fuera y otro de Joaozinho que se encontró con Sergio Álvarez.

El ataque ruso tenía como contrapartida los huecos que dejaba atrás. Descuidó la retaguardia y el Celta le cazó, en una combinación entre Guidetti y Aspas. A campo abierto, con terreno por delante, el delantero gallego ganó la posición y sentenció con una precisa vaselina. Corrió a celebrarlo con el banquillo y con todo el equipo. La clasificación para los cuartos de final ya era un hecho, a la espera de que pasaran unos últimos minutos en los que Sergio Álvarez volvió a lucirse. La expulsión de Kaboré quedó en anécdota.

Es la cuarta vez en su historia que el Celta se cuelan entre los ocho mejores de la Liga Europa, y lo hizo dando una gran sensación de madurez. Las otras tres fueron con Víctor Fernández en el banquillo, cuando la competición se llamaba Copa de la UEFA. Hace 16 años de la última.

Ficha técnica:

0 - Krasnodar: Sinitsin; Martynovich, Naldo, Granqvist, Petrov; Pereyra (Laborde, min. 70), Kaboré, Gazinski; Podberezkin (Mamaev, min. 46), Claesson (Joaozinho, min. 60) y Wanderson

2 - Celta de Vigo: Sergio Álvarez; Hugo Mallo, Cabral, Fontás, Jonny; Radoja, Pablo Hernández (Beauvue, min 86.); Iago Aspas (Roncaglia, min. 82), Wass (Jozabed, min. 74), Pione Sisto; y Guidetti.

Goles: 0-1, m.51: Hugo Mallo 0-2, m.80: Aspas.

Árbitro: Ruddy Buquet (FRA). Expulsó a Kaboré (min. 86) por dos tarjetas amarillas. Amonestó a Gazinski, Wanderson y Granqvist por parte del Krasnodar; y a Radoja, por el Celta.

Incidencias: partido de vuelta de los octavos de final de la Liga Europa disputado en el Krasnodar Stadium ante unos 34.000 espectadores.