Atlético de Madrid
El escudo de la discordia
Con la mayoría de la masa social rojiblanca en contra del nuevo emblema, Bruno Sellés, su diseñador, defiende su creación. «No es lógico que la marca Atlético no avanzara», afirma.
Con la mayoría de la masa social rojiblanca en contra del nuevo emblema, Bruno Sellés, su diseñador, defiende su creación. «No es lógico que la marca Atlético no avanzara», afirma.
Con la masa social del Atlético más indignada que después de perder el último derbi ante el Madrid, el director creativo del estudio Vasava, el responsable del nuevo diseño del escudo rojiblanco, defiende su creación. Bruno Sellés asegura que las modificaciones hacen «avanzar» la marca Atlético, aunque entiende que los cambios en un «símbolo amado» necesitan tiempo para ser asimilados. Después de un año de trabajo en el que han estado implicadas diez personas de forma exclusiva, Bruno Sellés, que presume de familia colchonera, cree que «la clave del cambio es una búsqueda de simplificar formas y síntesis. Es un escudo que no se ha cambiado desde 1947 y el equipo ha ido creciendo, llegando a nuevas cotas de popularidad y resultados. Lo que no era lógico era que la marca no avanzara, no estuviese sincronizada con los retos actuales».
Sintetizar la forma y hacerla «más flexible» y «fácil de reproducir», con la reducción de los siete colores anteriores a los tres del nuevo diseño (rojo, blanco y un azul inspirado en el primer escudo de 1903), son otras de las claves que apunta el responsable del nuevo diseño.
Sellés tenía asumido que los cambios iban a producir rechazo. «Es absolutamente comprensible. Un escudo de un equipo de fútbol es un símbolo muy fuerte, amado por una afición, con vínculos emocionales muy fuertes con su audiencia, y es normal que haya voces contrarias cuando se hace el más mínimo cambio. Me parece sano que la gente se manifieste, incluso negativamente, ya que el aficionado siente el escudo como algo propio y cuando tocas algo propio, molesta. Los cambios necesitan tiempo para ser asimilados», dice.
Para el responsable del nuevo escudo del Atlético, este nuevo diseño apunta a un club «cada vez más internacional» y se dirige a una audiencia «global» que necesita «identificar bien» la escena del oso y el madroño, representativa de Madrid y que en el anterior diseño podía no ser bien reconocida. Y lo ejemplifica: «Un aficionado alemán podía no entender el dibujo, si era un oso o no. Se ha buscado eso, corregir los errores y el excesivo espacio negativo (blanco) dentro del triángulo. Y darle un empaque más sencillo», comenta. Y defiende el momento del cambio al hacerlo coincidir con el «bautizo» del nuevo estadio: «Está muy bien pensado porque los grandes cambios tienen que coincidir con hitos en el tiempo. Ir a un nuevo estadio es una nueva etapa y es bueno que la actualización de la imagen coincida con el cambio al nuevo Metropolitano».
Sellés es tajante: «Lo que vemos ahora es el resultado de muchas decisiones y caminos explorados, con las claves del respeto al legado histórico y los símbolos: el oso y el madroño, las siete estrellas, las barras rojiblancas y la forma. Lo que se ha hecho es identificar qué partes son prescindibles y cuáles no». El resultado, por ahora, no ha convencido precisamente a la masa social atlética.
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