Espanyol
El Espanyol hurga en la herida de un vulgar Málaga
Victoria del Espanyol, primera de la temporada a domicilio, que deja al Málaga casi hundido y envuelto en un mar de problemas. Darder ejecutó a su ex equipo.
Ver un partido del Málaga es verlos todos. Comienza dormido, encaja un gol por un fallo garrafal y a buscar la heróica, que casi nunca sale. Es la película mil veces vista esta temporada en La Rosaleda que se repite de forma continua. Ante el Espanyol, más de lo mismo. Quique planteó un partido con Gerard Moreno y Sergio García arriba muy móviles y con Baptistao entrando desde unos metros más atrás. El Málaga, muy poco organizado y casi sin presionar, no tuvo tiempo ni de posicionarse porque a las primeras de cambio encajó el primer gol. Además, su autor fue Sergi Darder, un ex malaguista que provocó su salida y que terminó enfrentado a la afición. La jugada del gol llegó después de una pérdida infantil del Chory Castro, un centro al área, toque de Sergio García hacia atrás y llegada de Darder, sólo, que se prepara el balón y fusila a Roberto. Jarro de agua fría, como cada quince días, nada más darse el pitido inicial. Jugada mil veces vista que habla a las claras de la pésima colocación de los defensas, que se meten hasta el área pequeña y nadie cierra una posible entrada al borde.
Como es habitual, el Málaga, que contó en el equipo inicial con Iturra, se fue arriba y pudo igualar pocos minutos después. Pero está claro que los de Míchel necesitan muchas ocasiones para conseguir al menos finalizar una. Castro remató con la derecha una buena jugada de Keko pero su disparo golpeó en un defensa casi bajo palos. También lo intentaron Recio, Peñaranda y Rosales, pero sus tiros no encontraron rematador o fueron repelidos por Pau López. Mientras, el Espanyol se dedicó a ralentizar el juego y a buscar alguna contra rápida para matar el choque, pero no llegó a acercarse a la portería de Roberto. Tras cuarenta y cinco minutos y con sólo un disparo a puerta se iba al vestuario con ventaja.
La segunda mitad fue un calco de lo visto con anterioridad. Un querer y nos poder del Málaga, exento de calidad, con fallos infantiles, imprecisiones y sin una dirección clara. Míchel no da con la tecla y su puesto comienza a peligrar porque tampoco está sabiendo ofrecer alternativas. Muy pocos jugadores están a la altura, ayer quizá sólo Iturra -que volvía después de cuatro años-, Ignasi Miquel y Keko. El resto fue un querer y no poder mil veces visto. La afición ya está desencantada e incluso ni asiste al partido -sólo un tercio de aforo- dada la pésima campaña de su equipo y los horrorosos horarios que LaLiga está poniendo al Málaga, casi siempre en lunes o viernes. La ausencia del presidente Al-Thani, desde julio, y su falta de actuaciones demuestra lo poco que le interesa un club repleto de problemas.
El Espanyol, sabedor de los problemas y de los nervios locales, se dedicó a contemporizar y prácticamente sólo en una ocasión remató con peligro a la portería de Roberto tras la reanudación. Fue un disparo de Dídac con la derecha que detuvo el meta local. Poco más hizo el conjunto catalán, pero suficiente para obtener tres puntos vitales, ganar fuera de casa por primera vez esta temporada y darse una alegría ante el choque copero contra el Levante del jueves. Habrá que ver si algo cambia en el Málaga, pero ahora lo que está claro y más que demostrado es que es un firme candidato al descenso y, seguramente, el peor equipo de la categoría.
Ficha técnica:
0 - Málaga: Roberto; Rosales, Luis Hernández, Ignasi Miquel, Diego González; Keko (Juanpi, min. 69), Iturra, Recio, Chory Castro (Ontiveros, min. 58); Peñaranda (Borja Bastón, min. 58) y En-Nesyri.
1 - Espanyol: Pau López; J. López, D. López, Hermoso, Aaron; Víctor Sánchez (Dídac, min. 62), Javi Fuego, Darder (Granero, min. 90), Baptistao (Piatti, min. 64); Gerard Moreno y Sergio García.
Gol: 0-1, min. 6: Darder.
Árbitro: Mateu Lahoz, C. Valenciano. Mostró tarjetas amarillas a Recio y Diego González del Málaga y a David López, Hermoso y Javi Fuego del Espanyol.
Incidencias: Poco más de un tercio de entrada en La Rosaleda, 12.149 espectadores, en una noche muy fría.