Champions League
El plan de Valverde para que el Barcelona no sufra en Liverpool
«No debemos entrar al juego de ellos, al ida y vuelta, porque son jugadores muy rápidos», asegura Luis Suárez. Pero decirlo es más fácil que hacerlo. En el partido del Camp Nou hace una semana, el Liverpool logró imponer su estilo y el Barcelona se vio obligado a un esfuerzo extra, a jugar a lo que no quiere. «No estamos acostumbrados a correr tanto», admitió Messi. Durante muchos tramos del duelo, al argentino se le vio agachado, buscando aire. A él y a Luis Suárez.
«Correr» es la palabra clave para llegar a la final de la Champions en Madrid el próximo 1 de junio. Se necesita hacerlo, por supuesto, pero también se hace demagogia con el término. Las derrotas suelen achacarse a «no han corrido», es la explicación fácil, pero la trayectoria del Barça en la presente Liga de Campeones desmonta la teoría. Según las estadísticas de la UEFA, el Barça ha corrido menos distancia que todos sus rivales en cada uno de los partidos que ha disputado, y de momento es el único equipo invicto de la competición (8 victorias y 3 empates).
No se trata como decía el recientemente fallecido jugador del Betis Rogelio (aunque la frase la adoptó Rexach) de que correr sea de cobardes, se trata de correr bien más que mucho. Aunque en ocasiones, no queda más remedio. «A veces con equipos que te atacan y te defienden tan rápido te obligan», opina Valverde. «Da la sensación de que el balón no se para», añade. «Pero lo que tengo claro es que debemos jugar como si el resultado de la ida no existiera, y nosotros no tenemos que tener el control, lo que tenemos que hacer es atacar», insiste el técnico azulgrana.
En el duelo contra el Liverpool de hace una semana, el conjunto inglés corrió más (111,132) que el Barcelona, pero el Barcelona corrió casi cinco kilómetros por encima (109, 717) de la media del curso en la Champions (105,894). Aunque, curiosamente, el partido en el que más kilómetros recorrió el conjunto español fue contra el Tottenham en el Camp Nou (113,938), con el equipo sin jugarse nada porque ya había cerrado la clasificación, y ante un oponente que llegó a los 120 kilómetros. Ese encuentro, que acabó con 1-1, también fue en el que menos pases ha intentado el Barcelona (533) en toda la competición, pero cerca del reciente partido contra el Liverpool (545).Tanto desnaturalizó el conjunto «red» al Barça que es el único choque de la presente Champions en la que perdió la posesión. Si bien en la primera parte tuvieron más el balón los chicos de Valverde (52-48), en la segunda los de Klopp dieron la vuelta a la situación (43-57, para un 48-52 final). Eso era algo impensable hace unos años, pero... «Cambia el juego del Barcelona por sus futbolistas y por cómo defienden los rivales. Antes no era tan habitual que te fueran a presionar muy arriba y ahora lo hacen muchos equipos», piensa Valverde.
La otra palabra del día fue «fútbol», y todo el misticismo que ella conlleva. La ventaja de 3-0 es muy importante, pero en el Barcelona nadie se fía por lo sucedido en la presente Champions y por la experiencia de Roma el año pasado. Luis Suárez se refirió varias veces a ese episodio, nombrando a la ciudad italiana como «lo que pasó» (les remontaron en cuartos el 4-1 logrado en la ida). «Venimos de duros golpes. De los errores se aprende y como dije, un año atrás tuvimos el error de entrar relajados», dice el delantero. «Ellos son buenos, muy buenos, y puede ser que nos superen en el partido de mañana [por hoy]. Es fútbol...», opinó Valverde. «Tenemos esperanza y esto es fútbol. Mientras tengamos once jugadores en el campo, intentaremos acabar esta Champions de la mejor manera», admitió Klopp.
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