Tour de Francia

Ciclismo

El «via crucis» del Sky

A Froome y sus compañeros les tiran huevos, les insultan y les abuchean. En la etapa de ayer, ganó Groenewegen

El equipo Sky, que lidera Froome, sufre la ira de los aficionados franceses
El equipo Sky, que lidera Froome, sufre la ira de los aficionados franceseslarazon

A Froome y sus compañeros les tiran huevos, les insultan y les abuchean. En la etapa de ayer, ganó Groenewegen.

Que Francia aborrece a los ganadores del Tour no es algo nuevo. Todos y cada uno de los grandes dominadores de la ronda gala a lo largo de su historia han tenido que soportar el odio y la falta de educación de los aficionados patrios en diferentes momentos de la carrera. Siempre ha sido así. Le pasó a Contador y también a Armstrong antes de que se supiese cómo había ganado sus siete Tours. Silbidos y abucheos. Y lo vivió también Chris Froome en los últimos años, hasta orina le tiraron encima subiendo algún puerto. Éste año, con su positivo por salbutamol del que finalmente fue absuelto días antes del comienzo de la carrera, el desprecio se ha incrementado. Y no solo a él, la condena de los aficionados se ha extendido a todo el equipo Sky.

Y es diaria. «Nos tiran huevos, nos insultan...», cuenta un miembro español del staff del Sky. Francia no los quiere. Y se lo deja claro cada día. A los ensordecedores abucheos de la presentación se han unido todo tipo de gestos del todo aborrecibles. Jonathan Castroviejo, que corre por primera vez con la escuadra inglesa tras varios años en el Movistar, tuvo que soportar en la segunda etapa que le tiraran «un litro de tequila a la cara. Fue muy irritante y fastidioso. Me empezaron a picar los ojos muchísimo y tuve que limpiarme con agua como pude», cuenta. «En ese momento iba en cabeza del grupo. Si me caigo. Caen todos detrás de mi. No esperas algo así durante una carrera», se lamentaba. Cada etapa que pasa, la tensión va en aumento. Desplegados por las carreteras es fácil ver pancartas en contra de Froome. En la salida de la quinta etapa, un aficionado se plantó frente al autobús del Sky con una que rezaba: «Sky go home» (Sky, vete a casa). Los presentes cuentan que Luke Rowe, uno de los compañeros de Froome, bajó del autobús y le arrebató el cartel de las manos. Después, contó que al volver del control de firmas, regaló botellines a los hijos del aficionado que la portaba.

Mientras tanto, todo el equipo cierra filas en torno a su líder y él, como acostumbra ha reaccionado con la educación y el decoro que le caracterizan. Sonriente y siempre amable, firma autógrafos y se hace fotos. «Amo Francia y amo el Tour», afirma. Es un amor no correspondido. «Él está bien», dijo Castroviejo ayer, en la meta de Chartres, donde Groenewegen sorprendió a Gaviria tras una etapa eterna y sin apenas disputa por parte del pelotón en los 231 kilómetros de tortura que duró. «Solo pedimos respeto. Los abucheos no son agradables aunque cada uno tiene su opinión y hay que respetarlo, pero otras acciones son intolerables», dice «Castro».