Eurobasket
España, la vida en el podio
La selección lleva siete años seguidos ganando medallas en Campeonatos de Europa, Mundiales y Juegos Olímpicos
La generación de oro del baloncesto femenino español no sabe bajarse del podio. Siete veranos seguidos colgándose una medalla en Eurobaskets, Mundiales y Juegos hablan de un grupo legendario. "Las más jóvenes se deben pensar que esto es lo normal y nada de eso. Antes éramos el ejército de Pancho Villa y ahora estamos todos, todos los torneos en el podio", comentaba Laia Palau después de ganar la plata en Río. En el verano de 2019 la capitana puede volver a decir lo mismo.
España ha logrado su séptima medalla consecutiva en el Eurobasket de Riga y Letonia. Ha sido el más difícil todavía. En el torneo más abierto, en un campeonato en el que había media docena de selecciones con capacidad para pelear por lo máximo y sin las dos jugadoras diferenciales de esta edad de oro, Sancho Lyttle y Alba Torrens, España sigue donde siempre. "Este equipo es una leyenda", acierta a comentar el seleccionador. "No hemos tenido a Alba, nuestra mejor jugadora, pero aquí seguimos", dice Lucas Mondelo. El técnico sinónimo de medalla y que la próxima temporada emprenderá una nueva etapa en Japón. Las bajas han obligado a dar varios pasos al frente al resto del núcleo duro. Y la inteligencia del grupo para asumir los nuevos roles es una de las claves de un nuevo metal. Laia Palau y Silvia Domínguez han tenido que mirar más al aro; Marta Xargay ha sido el indiscutible referente exterior; Anna Cruz ha estado siempre con el gatillo preparado; Laura Nicholls y Astou Ndour se han convertido en la mejor pareja interior del Eurobasket; Laura Gil ha aportado su dureza atrás; Ouviña, la frescura del banquillo; Pina, Queralt Casas, Abalde... La medalla es el mejor reflejo de un trabajo coral.
"Si en este país todos fuésemos a una como hace este equipo, nos iría mucho mejor", reflexionaba Laia Palau en LA RAZÓN antes del arranque del torneo. La capitana conecta la actual edad de oro con la etapa en la que los éxitos no eran tan frecuentes. Porque hubo un antes a la actual histórica secuencia de medallas. El "prehistórico"oro en el Eurobasket de Perugia 1993 fue donde comenzó todo. En el siglo XXI España empezó a acostumbrarse a acabar los Campeonatos de Europa con una victoria y colgándose la medalla de bronce (2001, 2003, 2005 y 2009) hasta el batacazo en el Eurobasket de 2011. Aquel desgraciado torneo supuso no acudir a los Juegos de Londres y fue el inicio de una nueva era. Precisamente ante Francia en 2013 y en su casa. En el adiós de las históricas Amaya Valdemoro y Elisa Aguilar, el relevo generacional llegó con un oro europeo, el segundo, bajo el brazo. El grueso de la actual selección empezó a ser protagonista entonces. En el Mundial de Turquía 2014, España fue la primera de las terrícolas. Ganó la plata (Estados Unidos, 77-España, 64) después de un partido memorable ante las anfitrionas. En el Eurobasket del año siguiente volvió a colgarse el bronce perdiendo sólo un partido. En los Juegos de Río otra vez estuvo en el segundo escalón del podio junto a las estadounidenses. Y en 2017 vivió una de sus noches más gloriosas con el tercer oro en el Eurobasket. Fue en la final ante Francia (71-55), en el mejor partido que recuerdan muchas de las componentes de la actual generación. Porque cada medalla de este grupo ha tenido un sabor diferente. Para la mayoría, hasta el año pasado la más especial fue la de los Juegos, aunque el Mundial de Tenerife también merece un capítulo aparte. No hubo un metal más sufrido para el grupo. Por los problemas físicos y por la presión de ejercer como local, el bronce del Mundial de Tenerife tiene un sabor muy especial. La séptima medalla seguida no supone ningún cambio de ciclo, ningún punto y aparte. "Le daremos valor a todo esto cuando pase el tiempo. No tengo palabras, se me acaban los adjetivos", comentaba la capitana Laia Palau después de la semifinal. Porque lo que este grupo persigue desde ya es la clasificación para los Juegos de Tokyo. A la medalla en el Eurobasket se ha sumado la clasificación para el Preolímpico del próximo mes de febrero. En menos de trece meses llegan los Juegos y el desafío de la octava medalla seguida.
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