F-1

Rusia

El milagro de Sainz

Corrió después del brutal choque, llegó a ir séptimo y protagonizó su mejor carrera del año, aunque tuvo que abandonar porque los frenos le fallaron en el mismo lugar del accidente

Lewis Hamilton celebra la victoria
Lewis Hamilton celebra la victorialarazon

Corrió después del brutal choque, llegó a ir séptimo y protagonizó su mejor carrera del año, aunque tuvo que abandonar porque los frenos le fallaron en el mismo lugar del accidente

Importa muy poco el resultado de una carrera cuando un piloto que ha sufrido un tremendo choque el día anterior es capaz de disputar un Gran Premio y, además, realizar una de las mejores carreras de la temporada. Carlos Sainz llegó a rodar séptimo en el circuito de Sochi y se vio obligado a abandonar a falta de seis vueltas por culpa de unos frenos deteriorados.

El protagonista la historia del fin de semana en el Mundial ha sido el piloto madrileño. Después de pasar varias horas en la cama de un hospital ruso y de recibir el alta a última hora de la tarde, se enfundó el mono poco tiempo después, se subió a su monoplaza y, al día siguiente, no tuvo miramientos para ponerse el traje, subirse en el mismo monoplaza y dejar detalles de gran piloto. Lo peor del fin de semana para Carlos Sainz fue la incertidumbre inicial después del brutal impacto y de quedar sepultado debajo de varias protecciones. La información no fluyó como debiera y esos más de diez minutos sin saber nada sobre su estado siguen siendo una pesadilla para sus personas más allegadas. Después de pasar por el centro médico del circuito, volar en helicóptero al Hospital 4 de Sochi y comprobar que no existía lesión alguna, empezó otra carrera para Carlos Sainz y su entorno, capitaneado por su persona de confianza, Borja Ortiz-Echagüe.

Poco después de su accidente, el primer objetivo de Sainz era correr el domingo y para ello necesitaba superar varios filtros. El primero era transmitir toda la tranquilidad del mundo. Sainz se encontraba bien y lo primero que hizo cuando le llevaron su teléfono móvil fue llamar a su ingeniero para comentarle algunos aspectos del comportamiento del coche. Luego, envió fotos desde la habitación del hospital e incluso le instalaron una televisión para seguir la sesión de clasificación. Las pruebas continuaron y no había motivos para preocuparse.

Cuando empezaba a anochecer en Sochi, Toro Rosso ya tenía la autorización de la Federación Internacional para correr con el monoplaza accidentado siempre y cuando el piloto estuviera en condiciones. El siguiente paso fue solicitar el alta voluntaria. Según los médicos rusos, el piloto tendría que haber permanecido en la clínica, pero Carlos Sainz pensó, con acierto, que sería mejor descansar en la habitación del hotel. Y así fue. A las nueve de la noche del sábado ya se encontraba reposando en su habitación y a primera hora de la mañana ya estaba en el circuito. El equipo habló con la dirección de carrera y el madrileño pasó sin problemas el examen médico y, por tanto, consiguió la autorización para correr.

Dos horas antes de la carrera, el jefe de Toro Rosso, Franz Tost, y el propio Sainz, ofrecieron una conferencia de prensa en la que confirmaron la presencia del español en la parrilla de salida y en la que explicaron que el accidente se debió probablemente a un problema con el repartidor de frenada que bloqueó la rueda trasera en el peor momento. Antes de que surgiera el problema, Sainz rodaba a 307 kilómetros por hora. Tocó el lateral del muro a 250 y finalmente chocó a 150 contra las protecciones.

Los mecánicos de Toro Rosso pasaron todo el día reparando el coche y debieron cambiar suspensión, morro, alerón trasero y un sinfín de componentes excepto el chasis, que no quedó tan dañado como cabía esperar. Y todo eso lo hicieron respetando el tiempo límite que los equipos tienen para dejar su actividad sin sanción.

Sainz salió a pista en último lugar y fue capaz de remontar hasta el séptimo puesto y con opciones de pugnar por la sexta plaza. Sin embargo, los frenos no aguantaron su ritmo y rompió uno de los discos precisamente en el mismo lugar donde sufrió el accidente el día anterior. Esta vez sólo fue un trompo y desde ahí, Sainz se dirigió a los boxes. «Ha sido una buena carrera y estoy contento, si no fuera por la retirada. Pero creo que, después de todo lo sucedido ayer, estaba haciendo la mejor carrera del año», afirmó el piloto que más brilló en Rusia durante el fin de semana.

Hamilton ya roza el título

La suerte del campeón se busca y eso es lo que hizo Lewis Hamilton. Su compañero Rosberg marcó la «pole», pero tuvo un problema con el acelerador y tuvo que retirarse. Desde ese momento, el Gran Premio se convirtió en un monólogo del inglés, que terminó con su novena victoria de la temporada. Vettel fue segundo y Pérez, tercero. Mercedes ya es campeón del mundo de constructores y Hamilton podría proclamarse campeón del mundo dentro de dos semanas.