F-1

Bakú

Las batallas perdidas de Sainz y Alonso

Los dos pilotos españoles se retiraron por averías. El madrileño negocia su salida del equipo y el McLaren no da para más

El alemán celebró la victoria con sus mecánicos después de sufrir en las dos citas anteriores
El alemán celebró la victoria con sus mecánicos después de sufrir en las dos citas anterioreslarazon

La llegada de la F-1 a un escenario nuevo y tan particular como Bakú no sentó bien a los pilotos españoles. Ni a ellos ni a sus monoplazas. La falta de fiabilidad en un trazado con tantas variantes tan rápidas como lentas no terminó de encajar en la competitividad del McLaren y tampoco del Toro Rosso.

En el caso del asturiano es ya conocido que el motor Honda no va a dar mucho más de sí en lo que queda de temporada y el propio Fernando Alonso empieza, con razón, a ponerse la venda antes que la herida. Ayer se retiró a falta de nueve giros para terminar la carrera y lo hizo debido a unos problemas con el cambio que podían provocar más daños. En ese momento no estaba en la zona de puntos y el equipo decidió sacarle de pista para evitar males mayores. Además, señaló que tendrá que «apañárselas» en lugares como Austria, Bélgica o México. La temporada alcanza ya el ecuador y las evoluciones no llegarán con tanta alegría como en citas anteriores. En los cuarteles generales de los equipos ya están pensando en la próxima campaña, que viene con muchas modificaciones técnicas en el reglamento, y eso puede afectar al rendimiento de los actuales coches mucho antes de lo esperado. Aunque en el caso de McLaren ya no se sabe si la responsabilidad es de la unidad de potencia o diseño del chasis, que puede que no sea el mejor de la parrilla.

Peor lo llevó Carlos Sainz, que el domingo por la mañana se encontró con la necesidad de tener que cambiar la caja de cambios y eso significó perder otras cinco posiciones para arrancar desde el final. Y en carrera las cosas no le resultaron fáciles. «Al final he tenido que correr con los frenos del sábado, en los que no tenía mucha confianza. Luego, desde la vuelta dos, hemos tenido problemas de temperatura y hemos tenido que quitar potencia al motor. Es decir, he tenido que hacer toda la carrera con bastante menos potencia y, aun así, hemos llegado a estar en los puntos, pero luego hemos tenido un problema en la suspensión», dijo.

El madrileño se encuentra en una situación ciertamente incómoda, ya que sus mentores de Red Bull, que poseen sus derechos durante unos pocos años, saben que Renault quiere ficharle para su estructura del próximo año y ya han pedido precio por él. La bebida energética quiere sacar el máximo rédito posible y el fabricante galo le recuerda que el origen de sus motores está en sus propias factorías. Ayer Horner filtró a algún medio que Sainz estaba renovado, pero la realidad es bien distinta. Sobre su futuro, el madrileño dijo: «Que lo digan ellos, que son los que toman ese tipo de decisiones. A mí no me queda otra que esperar, seguir dándolo todo y poniendo todo de mi parte. Luego ya veremos si al final se cierra o no el acuerdo», terminó.

Las conversaciones con Renault existen y con la renovación de Ricciardo por Red Bull parece claro que Carlos Sainz quiere salir de Toro Rosso.