Ferrari despierta

Vettel ganó en Australia por delante de Hamilton, que cometió un error de estrategia, y Bottas. Sainz terminó octavo y Alonso abandonó por la rotura de la suspensión.

Los peores presagios de Mercedes en la pretemporada se han cumplido. Ferrari está muy fuerte tal y como demostró en los test invernales y en el primer asalto del año ha obtenido la victoria de una forma clara a pesar del error táctico que el equipo alemán ha cometido. Hamilton arrancó bien y Vettel mantuvo la segunda posición sin perder comba respecto al Mercedes. En ningún momento se despegó de Hamilton y eso provocó nervios en el seno de la vigente campeona, que comprobó que su piloto no podía tomar ventaja frente al Ferrari. Y eso les llevó a cometer un fallo estratégico porque realizaron la parada en boxes relativamente pronto, apostaron por el compuesto de neumático equivocado y, además, metieron a Hamilton en tráfico, algo que le perjudicó a la hora de recuperar tiempo a Vettel. El alemán apretó de lo lindo (el coche lo permitía) en ese tiempo y poco después, cuando sustituyó sus neumáticos, se encontró en la primera plaza justo por delante del británico. Cuando todo apuntaba a una lucha cuerpo a cuerpo entre ambos coches, esta circunstancia no se dio. Vettel se mostró intratable y vuelta a vuelta fue sacando décimas a su rival hasta obtener una ventaja considerable de seis segundos. Ferrari y Vettel se mostraron contundentes en todos los aspectos de la carrera gracias a un coche muy competitivo, la óptima gestión de los neumáticos, la estrategia y el control global de los rivales.

En el lado contrario se situó Mercedes, que incluso dudó en realizar una parada extra para Hamilton que finalmente desecharon, y menos mal, porque su compañero Bottas protagonizó una final de carrera muy bueno que puso nervioso al inglés, que finalmente terminó segundo y con cara de pocos amigos.

Raikkonen terminó cuarto por delante de Verstappen y Carlos Sainz volvió a demostrar que lo tiene todo para triunfar en la Fórmula 1. La estrategia de Toro Rosso fue desconcertante porque en un momento dado pidieron al madrileño que dejara pasar a su compañero, que tuvo que hacer dos paradas por un problema en el motor, y esto le hizo perder tiempo frente a Pérez, un margen que al final del Gran Premio le costó una posición.

Fernando Alonso terminó el fin de semana a cinco vueltas del final de la carrera. La suspensión se rompió y el asturiano debió abandonar después de sufrir lo indecible en un coche que no es competitivo. Poco después de bajarse del coche se quejó (duramente) del rendimiento del McLaren por el fallo mecánico, la obligación de tener que ahorrar gasolina y, en general, de la falta de prestaciones del coche.

Visto lo visto en esta primera carrera, parece que Mercedes ya no domina la escena y tendrá en Ferrari un enemigo muy fuerte.

La Fórmula 1 regresará a la acción dentro de dos semanas en el Gran Premio de China.