Sebastian Vettel
Vettel, la suerte del campeón
Gana el título con sólo tres puntos sobre Alonso
El piloto alemán de Red Bull, Sebastian Vettel, se ha proclamado campeón del mundo de Fórmula 1 por tercera vez en su carrera después de finalizar sexto y de que Fernando Alonso (Ferrari) terminara segundo en el Gran Premio de Brasil, última cita del Mundial disputada este domingo en el circuito de Interlagos, mientras que la victoria fue a parar a manos del británico Jenson Button (McLaren).
Hacía tiempo que la F-1 no vivía una carrera tan intensa desde la primera a la última vuelta. La cantidad de variables que se dieron en Interlagos pusieron a prueba a pilotos, ingenieros, simuladores informáticos e incluso a los espectadores. Dos grandes, Vettel y Alonso, se jugaban el título y los dos demostraron tener una sangre fría fuera de lo común. Qué razón tenía el piloto español cuando decía desde hace semanas que tenía que llegar a Brasil con posibilidades matemáticas de ganar el título. Lo que buscaba era presionar a Vettel y el alemán estuvo cerca de sentirse desbordado, aunque terminara levantando su tercer título.
Vettel cometió errores en la salida, se metió en un lío que casi le cuesta el título, recibió un fuerte golpe en el coche que sorprendentemente no afectó a su rendimiento, el equipo se equivocó en la estrategia y poco después le hicieron perder mucho tiempo porque no tenían preparados los neumáticos. Todo lo contrario ocurrió con Alonso y Ferrari. Él y su escudería hicieron una carrera perfecta, sortearon toda clase de dificultades y desde el muro de boxes el equipo no cometió un solo error. Pero no pudo ser. En algunas vueltas, el español llegó a ser campeón del mundo. Sin embargo, Vettel supo reaccionar y en pocos giros era capaz de corregir los desajustes y alcanzar alguna posición que le llevaba al título.
El piloto de Red Bull se ha convertido en un digno tricampeón del mundo, pero en Brasil dejó entrever que la presión podía desbordarle. Arrancó con mucho miedo, conservador, y eso le pudo costar caro. En la salida perdió varias posiciones mientras Alonso escalaba más de lo imaginable y se hacía con la cuarta plaza. Instantes después, Vettel, casi en mitad del pelotón, recibía un toque que le provocaba un trompo y, sobre todo, recibía un golpe en la zona de los escapes. Lo lógico era que sufriera alguna consecuencia, pero no la hubo. Otra vez le tocaba remontar, al igual que en Abu Dabi. La prueba avanzaba y llegaba la hora de entrar en boxes.
Mientras tanto, en apenas unos giros, Vettel alcanzaba posiciones de campeonato y marcaba la estrategia de su rival entrando a la vez en boxes. Ambos ponían neumáticos intermedios y poco después la lluvia aparecía de forma intermitente y ligera. Por delante, los McLaren dominaban hasta que Button ponía tierra de por medio y Hulkenberg chocaba con Hamilton, que acababa su carrera en la escudería inglesa con un abandono. Las cosas empezaban a complicarse porque todo apuntaba a que la lluvia no llegaría más. Pilotos como Vettel apostaron por ruedas de seco y dos vueltas más tarde tuvieron que rectificar y entrar de nuevo para usar los compuestos adecuados sobre una pista que por momentos se mojaba más.
Alonso se mantuvo firme y realizó sus tres paradas en boxes en el momento oportuno. El asturiano estaba haciendo lo imposible sin olvidar el rendimiento de su compañero Massa, que en Interlagos «voló» e incluso cedió la segunda posición al español. El brasileño hizo su mejor carrera de la temporada, pero ya era demasiado tarde. Cuando restaban muy pocas vueltas la situación era muy apretada y podía pasar de todo. La pista era casi una piscina, la lluvia apareció de forma intensa y mantener la trayectoria del coche se convirtió en una hazaña.
Alonso «navegaba» en segundo lugar, muy lejos de Button. Por detrás, Vettel era sexto. Fueron vueltas de máxima tensión porque si en ese momento Button hubiera tenido algún problema y el español lideraba la prueba eso obligaba a Vettel a ganar un puesto para no perder el título. Alonso lo tenía imposible porque, en caso necesario, Red Bull hubiera llamado a boxes a Webber para que el alemán no tuviera obstáculos.
Button ganó en Brasil por delante de los dos Ferrari y Vettel terminó en la sexta plaza. El alemán conquistaba su tercer campeonato y se convertía en el piloto más joven de la historia en conseguirlo. Vettel comparte honores con pilotos como Piquet, Senna o Lauda.
Fernando Alonso se tuvo que conformar con sacar el máximo provecho a un monoplaza que nació mal y que nunca estuvo a la altura deseada. Ya son tres las veces que el español ha tenido un título en el bolsillo (2007, 2010 y 2012) y se ha tenido que despedir de él por cuestiones ajenas a su actuación. Ahora será la hora de reflexionar en Maranello qué falló. En la despedida de Michael Schumacher, Vettel se llevó el título y Alonso tuvo que conformarse con el subcampeonato.
El «drama» de Alonso
«Ha sido una lucha hasta el final, como sabíamos que iba a ser. Ha sido una carrera con todo, incluso con ingredientes de drama. Empezó en seco, luego apareció la lluvia, volvió a secarse, y acabó hasta con condiciones de lluvia extrema», resumió Alonso. El subcampeón del mundo era consciente de que el título no se había perdido en Brasil: «Hemos perdido el campeonato, pero no ha sido aquí, en Brasil, sino en otras carreras en las que no tuvimos suerte, como cuando Grosjean te pasa por encima de la cabeza, o cuando en Japón a Vettel sólo se le impuso una reprimenda después de una crono...». «Ha sido un milagro luchar por el Mundial hasta la última vuelta», valoró el español.
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