Y si Alonso lo deja...

Si el rendimiento del MCL32 no mejorase, el piloto español podría plantearse la salida de la escudería antes del verano. Este tipo de cambios no son excepcionales en la F-1

El desenlace del Gran Premio de Australia evidenció la relación de Fernando Alonso con McLaren-Honda. Su comentario en el que destacaba el nivel del MCL32 lo remató poco después su amigo y ex piloto de Williams y Red Bull, Mark Webber. «Tal vez Fernando no haga el año entero. Tal vez Stoffel Vandoorne –el otro piloto de la escudería– tenga un nuevo compañero en algún momento de esta temporada. Puede que Fernando no haga el año completo, nunca se sabe. Está frustrado como un demonio, ni siquiera quiere terminar sexto o séptimo. Fernando no está interesado en puntuar, lo que quiere es estar en el podio. Por ello, está mentalmente lejos de donde le gustaría estar», dijo el australiano, que es de los pocos amigos verdaderos del español en el «paddock» del Mundial.

¿Puede realmente Alonso cambiar de equipo o abandonarlo en plena temporada? La respuesta es sí. A efectos legales le podría costar mucho dinero, aunque más bien sería el que dejase de percibir, porque es más que probable que en su contrato haya alguna cláusula que contemple una forma objetiva de medir la competitividad del coche (puntos conseguidos por los dos coches, resultados, tiempos...). Si los números reflejan el pobre rendimiento del monoplaza se podría deshacer el jugoso acuerdo que tiene con McLaren-Honda.

Si las cosas no mejoran, esta situación podría darse antes del verano, aunque Alonso no hará ninguna maniobra si antes no tiene un acuerdo con otra escudería, aunque sea para 2018. Cambiar de equipo en plena temporada es otra opción, ya que la situación de algunos pilotos no es muy estable. Renault podría «bajar» a Palmer en cualquier momento porque su rendimiento está muy lejos del deseado y su compañero Hulkenberg se alejará más y más todavía, pero, claro, en la escudería gala sólo están un poco mejor que en McLaren. Williams podría hacer lo mismo con Stroll a pesar de la ingente cantidad de dinero que ha invertido su familia en el equipo, ya que ha financiado el coste del simulador. Y en Red Bull esta clase de cambios ya se produjeron en varias ocasiones y son muy dados a eso, aunque sea con pilotos de su cantera. El propio Max Verstappen cambió de escudería el pasado año en el quinto Gran Premio (subió del equipo «B» al «A») y ganó el día de su debut, precisamente en el circuito de Cataluña. Además, en la F-1, como decía su anterior propietario Bernie Ecclestone, algunos contratos están para romperlos.

En McLaren-Honda han prometido a Alonso que las mejoras llegarán antes de lo previsto y que trabajarán día y noche si hace falta (en realidad ya lo hacen porque cuando Honda trabaja en Japón, en la fábrica de Woking, en Inglaterra, duermen, y viceversa), pero el asturiano ya no se cree nada y es comprensible que no quiera hacer más sobreesfuerzos para cruzar la meta en decimocuarta posición o peor, porque es más que probable que el resto de coches mejore en la próxima carrera y McLaren no lo haga.

En la escudería no deberían preocuparse por su renovación, sino por esta misma temporada. Alonso no merece abandonar la F-1 de esa manera, en mitad del año y desesperado con un coche que no corre; pero en este deporte, como dijo él mismo hace pocos días, la caridad no existe.

Y en Ferrari, de fiesta

La victoria del equipo italiano en el primer asalto de la temporada ha generado una enorme reacción en el país transalpino, que ha considerado el triunfo como un adelanto del renacer de Ferrari. El máximo ejecutivo de la compañía, Sergio Marchionne, muy crítico con la «Scuderia» meses atrás, emitió un comunicado en el que expresaba su alegría por la victoria: «Por fin, estoy contento por el equipo y por nuestros aficionados que nunca nos dejan. Llevábamos un año y medio esperando este momento. Ha sido emocionante volver a escuchar el himno italiano». La victoria de Vettel apunta a que el abuso de Mercedes ha terminado.