Opinión

La Liga de “CorrupTebas”

El presidente de la patronal ha jibarizado a Real Madrid y Barcelona

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Sí, aunque parezca mentira, hubo un tiempo en el que la Liga estaba presidida por un hombre honrado: José Luis Astiazarán. Con él al frente de la industria del balón disfrutábamos en nuestro torneo de la regularidad de Cristiano y Messi sobre el terreno de juego y de Pep Guardiola y José Mourinho sentando sus posaderas, sus cerebros y sus respectivos carismas en los banquillos. El donostiarra nacido en México cobraba 395.000 euros anuales, no se metía nunca en un solo jardín –es un auténtico gentleman–, cerró con el BBVA un patrocinio irrepetible y sentó las bases para que Barcelona y Madrid volvieran a ser los indiscutibles reyes de Europa. Orquestadas maniobras en la oscuridad propiciaron que el abogado de 30 de los 42 clubes de Primera y Segunda, Javier Tebas, lo relevara en 2013 al frente de la Liga en un conflicto de intereses que en cualquier Estado de Derecho serio se antojaría imposible. Nacía la leyenda de «CorrupTebas».

Una leyenda que se resume en escándalos prácticamente diarios, declaraciones altisonantes, loas a la dictadura franquista, negocios turbios, chulería barriobajera mañana, tarde y noche, imputaciones en los juzgados por golferías como la que perpetró contra el Dépor el verano pasado, control de clubes en la sombra como el Fuenlabrada y un sueldo que multiplica por 10 el que percibía cuando se hizo con la Presidencia hace sólo ocho años. Conviene recordar que cuando sus clientes le eligieron, el baranda de la Liga percibía 345.000 euros anuales. El colmo del caradurismo llegó en plena pandemia coronavírica cuando, con un par, se autodisparó la soldada de 2,1 a 3,4 millones en un ejercicio de inmoralidad al que no se atrevería ni Luis Candelas.

Todas las comparaciones son odiosas, pero algunas resultan escandalosas: el presidente de Telefónica, Álvarez-Pallete, cobra un salario fijo de 1,9 millones facturando 43.000 millones y ganando 1.500 kilos netos –datos del inempeorable 2020–. Nuestro desahogado protagonista se lleva casi el doble pese a que el conjunto de los 42 equipos de Primera y Segunda está por debajo de los 3.000 millones en ingresos y al nada desdeñable hecho de que el balompié patrio se halla en quiebra técnica. Todo ello por no hablar del chavismo que ha impregnado a la Liga jibarizando a Real Madrid y Barcelona, clubes que ya no pueden competir con los clubes-Estado gracias entre otras cosas a un Tebas que les da el mismo dinero por derechos televisivos que hace 14 años: 150 millones anuales por barba. Insisto, ¡el mismo importe que en 2007!

La última de «CorrupTebas» se estudiará algún día en las escuelas de negocios como ejemplo de inmoral management. Me refiero a ese acuerdo con el fondo estadounidense CVC, que no es el regalo que nos vendió sino un préstamo a intereses usurarios. ¿Cómo, si no, denominamos un compromiso por el cual los clubes ceden el 10,95 por ciento de sus derechos televisivos y de explotación comercial a cambio de un dinero que tendrán que devolver? El todavía presidente de la Liga argumenta tramposamente, como es él, que los 2.430 millones que distribuirá entre los 42 equipos de nuestra élite se reintegrarán sin intereses. Olvida precisar, pensando seguramente que el resto de los mortales somos lerdos perdidos, que el tipo abonado es precisamente ese 10,95 por ciento que se lleva CVC de los derechos televisivos y comerciales durante ¡¡¡50 años!!! Bueno, en el fondo el porcentaje puede ser muy superior si revisamos a fondo la letra pequeña. Sea como fuere, por encima de lo que costaría un préstamo bancario sindicado.

Por cierto: ¿me puede explicar alguien cómo se puede suscribir un contrato hasta 2071, cuando ni Tebas, ni nadie del sector, saben cómo evolucionará un mercado que hasta la pandemia crecía a un ritmo próximo al 10 por ciento? Otro momento memorable a la par que ridículo lo vivimos la semana pasada cuando, tras conocerse la alianza con CVC, sus periodistas de cámara aseguraron que el chollo «garantizaba la permanencia de Messi en la Liga [sic]». Ni 24 horas después, Laporta anunciaba que donde había dicho «digo», se veía obligado a pronunciar un resignado «Diego».

El límite salarial del pinochesco Tebas hacía inviable la continuidad de un 10 que pasa a formar parte de la que, teóricamente, ya es la mejor plantilla del universo. A nuestra Liga sólo le puede salvar un milagro de última hora en forma de conejo extraído de la chistera de ese Florentino Pérez al que odia enfermizamente. Sobra decir que ese conejo se llama Kylian Mbappé. Si no hay prestidigitación de por medio, tendremos la peor Liga en décadas. «CorrupTebas» hace bueno el tan pusilánime como español dicho de «cualquier tiempo pasado fue mejor». Desde que aterrizó nuestro protagonista en la poltrona se han esfumado Mourinho, Cristiano Ronaldo, Messi y un largo etcétera y se ha ido a pique financieramente el otrora mejor torneo del mundo. La Liga está en la ruina, «Corruptebas» es archimillonario. Curioso, ¿no?