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Muere Gerd “Torpedo” Müller, una de las grandes leyendas del fútbol

El histórico delantero de la selección alemana y del Bayern luchaba desde hace años contra el alzheimer

Gerd Müller marca un gol (logró un doblete) en la final de la Eurocopa de 1972 entre Alemania Federal y la Unión Soviética
Gerd Müller marca un gol (logró un doblete) en la final de la Eurocopa de 1972 entre Alemania Federal y la Unión SoviéticaDucklau/SchlagmannAP

«Sus muslos tenían el mismo tamaño que la cintura de los demás. Pensé: “No se quedará mucho tiempo con nosotros”». Así recuerda Sepp Maier, mítico portero del Bayern Múnich, la primera vez que vio a Gerd Müller en 1964. Tampoco tardó mucho en darse cuenta de que estaba equivocado. Ante él lo que había era un futbolista con el que hizo historia en las décadas de los 60 y los 70, un hombre por el que ahora llora todo el mundo. Porque «El Torpedo» falleció a los 75 años después de mucho tiempo luchando contra el Alzheimer. «Hoy, el mundo del FC Bayern se detiene. El gran campeón alemán y toda su comunidad de aficionados están consternados por la pérdida de Gerd Müller, fallecido en la madrugada del domingo», anuncia el club en su perfil oficial de Twitter.

No puede estar mejor puesto el mote de «Torpedo» para un delantero que vivía obsesionado con el gol. Era Messi y Cristiano muchos años antes de que el argentino y el portugués nacieran. El gol lo era todo, un «orgasmo», como lo definió Pelé, aunque para Müller esa forma de verlo se quedaba hasta corta. El delantero del Bayern se enfadaba en el vestuario el día que no había marcado o si lo había conseguido pocos tantos. De esa fantástica generación de jugadores alemanes al que más se recuerda es a Franz Beckenbauer, que era uno de sus grandes amigos y que pensaba de otra manera. «Sin Gerd, nunca habríamos llegado hasta aquí. Marcó muchísimos goles y tenía la mentalidad que nos hizo avanzar. No importa lo bien que juegues. Sin goles, no ganarás. Quizás diría que no fue el mejor jugador, pero fue el más importante», aseguró el pasado septiembre en la web del Bayern, para conmemorar el 75 cumpleaños de Müller. «Era feo de ver, con esas piernas cortas y gruesas y los hombros inclinados. Pero era veloz como un rayo y saltaba como una anguila», lo define. Incluso recuerda un partido en el que Uli Hoeness tenía ya un gol cantado, y llegó el portero para meter dentro de la portería el balón y a su compañero. Ese tanto era para él.

Campeón del mundo con Alemania en 1974 y de la Eurocopa en 1972, Gerd Müller es el máximo anotador en la historia de la Bundesliga (365 dianas). Ganó tres Copas de Europa, una Recopa, una Intercontinental, cuatro Bundesligas y cuatro Copas con el Bayern. Fue Balón de Oro en 1970, Bota de Oro en 1970 y 1972, máximo goleador del Mundial de 1970, de la Eurocopa de 1972 y en siete ocasiones de la Bundesliga (1967, 1969, 1970, 1972, 1973, 1974 y 1978). También tuvo el récord de goles en un año natural, al lograr 82 en 1972, registro que batiría Messi en 2012 al sumar 91. Consiguió 566 goles en 607 partidos con el Bayern y 68 en 62 encuentros con Alemania Federal.

Con 29 años dejó la selección por desavenencias con la Federación. Su última aventura vestido de corto fue jugar en Estados Unidos, ya en los años 80, antes de retirarse. Y sin fútbol, sin la ambición del gol, entró en una profunda depresión que le llevó al alcoholismo. Había intentado abrir una tienda de deportes y un restaurante, pero los negocios salieron mal. Animado por sus excompañeros, entró en una clínica de rehabilitación. Después estuvo trabajando muchos años en el Bayern entrenando a los juveniles. En 2015 se confirmó que padecía Alzheimer. Los últimos años fueron muy complicados para él, según informó su mujer Uschi Müller, en una entrevista en «Bild». «No come casi nada, apenas puede tragar. Se queda en la cama durante casi 24 horas y sólo tiene unos pocos momentos de vigilia. Es tan agradable cuando abre los ojos por un momento… A veces puede señalar sí o no con un abrir y cerrar de ojos», aseguró. «Siempre ha sido un luchador, siempre ha sido valiente, toda su vida. También lo es ahora. Gerd duerme hacia su final. Ha cerrado los ojos, duerme, sólo abre la boca en raras ocasiones y se le da comida en puré. Está tranquilo y en paz, y no creo que sufra. Se está durmiendo lentamente», añadía Uschi. El «Torpedo» ya está durmiendo para siempre, pero sus goles serán eternos.