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"Un fuerte abrazo"

La filantropía de Sandro Rosell

El ex presidente del Barça ha donado los beneficios de su libro “Un fuerte abrazo” al capellán de Soto del Real para que lo destine a tratamientos dentales y abogados para presos

Sandro Rosell, ex presidente del Fútbol Club Barcelona
Sandro Rosell, ex presidente del Fútbol Club BarcelonaCristina BejaranoLa Razón

Cuando el ex presidente del Barcelona Sandro Rosell publicó su libro «Un fuerte abrazo» contando las, sobre todo, tristezas y algunas alegrías de sus 645 días en prisión, hizo una promesa: donar todo lo recaudado al padre Paulino, el capellán de Soto del Real que tanto le había ayudado. Promesa cumplida. Varias fuentes consultadas corroboran que Rosell ha entregado ya cerca de 24.000 euros de beneficios por su ensayo con los que se están pagando abogados de presos e incluso algunos arreglos en el dentista de internos de la cárcel madrileña.

Paulino Alonso García, capellán Soto del Real
Paulino Alonso García, capellán Soto del RealfotoLa Razón

Paulino Alonso García es, si no el más, uno de los capellanes penitenciarios más famosos de los 160 que trabajan en cárceles repartidas por toda España. Lleva 23 años acudiendo a Soto del Real todos los días de la semana, menos el martes, y no sólo Rosell habla maravillas de él. Rodrigo Rato fue la única persona a la que nombró cuando abandonó la prisión. Paulino oficia misa los fines de semanas y el resto de días «lo que surja. Bien hablar de cosas, tomar un café, echar una partida de cartas, si alguno quiere hablar más personalmente nos vamos al despacho o si alguno quiere, confesarse», explica en conversación con LA RAZÓN.

Todos los derechos de autor del libro publicado en mayo de 2020 están íntegramente destinados a la Fundación del capellán que reparte su tiempo entre la cárcel y el Comedor social Ave María, en pleno centro de Madrid. Paulino, además de habérselo leído, asegura que ha repartido ejemplares a otros internos. Por el momento, los miles de euros recaudados se van gastando poco a poco en necesidades de los propios penados, como dejó dicho Rosell. Por ejemplo, en abogados. «Un señor de la calle, drogadicto que la familia no quiere saber nada de él porque ya están muy cansados. Él no tiene ningún recurso económico, entonces nosotros desde la Fundación le hemos puesto un abogado», expone Paulino.

A otros 50 presos en esta misma situación económica se les ingresa de forma mensual 25 euros. Reciben el dinero en la cuenta del peculio para que éstos puedan gastarlo en comidas o enseres en el economato. «Ahora mismo acabamos de pagar a uno un diente que tenía roto y ahora vamos a pagar a otro 1.300 euros de dos prótesis que le tenían que hacer de arriba y debajo de la boca», detalla el capellán.

En el tiempo que Rosell estuvo en prisión preventiva entre mayo de 2017 y febrero de 2019 ya puso en práctica otras ayudas. «A mí todas las semanas me daba unas tarjetas de teléfono para que yo las repartiera con presos porque él no quería hacerlo y, pues eso, que él las diera no estaría muy bien visto. Por eso, cada semana me daba a mí 5 o 6 tarjetas de teléfono para que las repartiera sobre todo en la zona de aislamiento», cuenta Paulino.

El religioso y el ex presidente barcelonista siguen manteniendo una relación muy estrecha. «De hecho, el otro día hablé con él y le digo, ‘’bueno, bueno, nos vamos a olvidar el uno del otro’' y me dice ‘’eso jamás, no hace falta estar hablando todos los meses ni todos los días’'. Nuestra amistad va a seguir fijo al cien por cien». Paulino estuvo en la fiesta que dio Rosell en Barcelona la primera noche de San Juan tras salir de la cárcel y volvió a verle en mayo en un viaje que hizo a la capital catalana porque una congregación iba a darle una medalla.

El ex dirigente del club nunca fue condenado por los delitos fiscales que se le imputaban cuando la magistrada de la Audiencia Nacional Carmen Lamela lo envió 22 meses a prisión provisional. La Fiscalía acusaba a Rosell de formar parte de una organización criminal que ocultó casi 20 millones de euros en comisiones ilegales, pero la Sala de lo Penal no dio por probada ninguna de las acusaciones y lo absolvió. Esto ha llevado a Rosell a emprender dos batallas judiciales que todavía se están librando. Una, contra la magistrada Lamela, cuya querella está pendiente de un recurso en el Tribunal Constitucional; y otra, contra el Ministerio de Justicia a quien reclama 29 millones de euros en concepto de indemnización por el tiempo en la cárcel.

Paulino todavía no entiende por qué el ex responsable del club azulgrana ha trabado esta profunda amistad con él. «Yo con Sandro Rosell no he hecho nada distinto que con otros presos. Yo parto de un hecho siempre: que para mí es persona. Para mí la persona drogadicta, la que ha robado, la que ha cometido un asesinato, un preso de ETA, uno de Gürtel, el ex presidente del Barcelona… para mí son todos iguales. Ellos saben que yo les miro a la cara» explica Paulino.