Cábala
La superstición de Bilardo que hizo orinar en las dos porterías a un futbolista
El «Tecla» Farías, al que dirigió en Estudiantes, confiesa cómo le hizo recuperar el gol después de dos partidos sin marcar
Carlos Salvador Bilardo vive alejado del mundo a los 84 años, víctima de una enfermedad neurodegenerativa, pero sus enseñanzas y sus manías siguen alimentando los programas de radio y de televisión. La última anécdota en salir a la luz la ha revelado el «Tecla» Farías, un histórico delantero de Estudiantes de La Plata, donde coincidió con el entrenador que dirigió a la Argentina campeona del mundo en el 86.
Farías era el goleador del equipo, pero llevaba dos jornadas sin marcar y Bilardo encontró la solución. «Cuando volvió él Bilardo yo hacía goles casi todos los partidos. Un día me dice “ven, vamos al estadio”. Eran las 12 de la noche. Me fue a buscar, él manejaba, yo iba dormido. Me dice, “hace dos partidos que no hace goles, yo lo voy a ayudar”», contaba el ex futbolista en el programa «Acá hay una escuela», en Argentina.
«Me trajo acá al estadio y yo np sabía a qué venía. Le digo, “¿ahora que hacemos Carlos?” “Anda, orina en aquel arco y orina en el otro arco”. Yo fui y, obviamente, oriné. Al otro día, la primera pelota fue gol. Es creer o reventar, pero el tipo tenía esas cosas, que confiaba en sus cábalas», añade Farías, que ahora trabaja en las divisiones inferiores de River Plate.
Farías recuerda otras anécdotas con Bilardo, con el que tenía muy buena relación. Confiesa, por ejemplo, que le llamaba a las dos o a las tres de la mañana cuando estaba lesionado. «A ver si estabas durmiendo bien, con quién estabas, era un loco...», reconoce.
Bilardo y el «Tecla» coincidieron en la última etapa del «Doctor» como entrenador. Después de Estudiantes no volvió a dirigir, pero dejó huella en el equipo. En Farías confiaba tanto que lo nombró capitán del equipo. «La condición era que nos concentrábamos de martes a domingo», explica. Sólo libraban un día, aunque había excepciones. «Los mayores y los casados se concentraban el sábado», añade.
Las cosas de Bilardo. Con esas y con mucho estudio del fútbol de sus jugadores y de los rivales llegó a ser campeón del mundo en 1986. Con Estudiantes había sido una leyenda como jugador, miembro de aquel terrible equipo que dirigía Osvaldo Zubeldía y que fue tres veces campeón de la Copa Libertadores y dos veces campeón de la Copa Intercontinental.
Para la historia queda su rivalidad con César Luis Menotti y la división eterna del fútbol argentino entre «menottistas» y «bilardistas».
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