Opinión

El Atlético o cuando hay que creer en los sueños

La confianza ante lo que pase en la vuelta de octavos en Old Trafford es sólo cuestión de fe

Simeone, durante el encuentro frente al Cádiz en el Wanda Metropolitano
Simeone, durante el encuentro frente al Cádiz en el Wanda MetropolitanoKiko HuescaAgencia EFE

Tres puntos más y un partido menos. Es la única reflexión positiva que se puede sacar del partido del Atlético frente al Cádiz en el Metropolitano. Sí aquel partido que se jugó un viernes, aunque algunos casi ya ni lo recuerden. De nuevo hubo un juego deplorable, a pesar de tener todo a favor por haber aprovechado un error de Ledesma para ponerse por delante en el marcador a los tres minutos de partido. Fue gracias a un Joao Félix que no tiene demasiadas ocasiones para aparecer y tener peso en el partido teniendo en cuenta el plan de juego que tiene el equipo, pero cuando el portugués aparece lo hace para marcar diferencias.

Los de Sergio González no merecieron irse de vacío del Metropolitano, pero es tal el poderío ofensivo de los de Simeone que, con muy poco que hagan, tienen la capacidad suficiente para generar peligro, hacer goles y sumar los tres puntos. Parece un plan maquiavélico, pero este Atlético juega a lo que peor sabe hacer. Es su incomprensible realidad. La base de su plan es defender como si lo hiciera bien y renunciar a atacar como si no supiera hacerlo, cuando la realidad es justamente la contraria. Hay jugadores de calidad que no dan dos pases seguidos y rivales que cada vez que se enfrentan a los rojiblancos se vienen arriba, independientemente de las dudas con las que lleguen al encuentro.

Como la vida es una ilusión y de ilusiones se vive, no se pierde la esperanza de ver una cara mas amable del equipo en Old Trafford, que por algo se le llama el Teatro de los Sueños al campo del Manchester United. La afición confía, más por una cuestión de pura fe que por la certeza que demuestra el equipo cada jornada. Prueba de ello es el ambiente que había en el estadio los minutos finales del partido ante el Cádiz con el Cholo Simeone ejerciendo como director de orquesta, en lugar de encajar los pitos que el juego de su equipo sin duda merecía. «Si se cree y se trabaja, se puede», es el famoso lema del entrenador argentino, pero, visto lo visto, la solución es trabajar y mucho en creer, porque actualmente el juego ofensivo de este equipo es una cuestión de fe. Y eso en vísperas de jugarte el acceso a los cuartos de final de la Champions ante el United...