Liga de Campeones

Atlético-Manchester City. La pelea por el tiempo perdido

El Atlético se quejaba de la teatral actuación de los jugadores del equipo inglés, pero quiso jugarse la eliminatoria en 90 noventa minutos después de haber regalado los primeros 90

Joao Felix se lamenta durante el partido contra el Manchester City
Joao Felix se lamenta durante el partido contra el Manchester CityAFP7 vía Europa PressAFP7 vía Europa Press

El Atlético se quejó de la pérdida de tiempo del Manchester City durante el partido que hizo que el reloj corriera sin que se hubiera mucho tiempo de juego efectivo. “Muchas veces nos tildan de si perdemos tiempo, de si somos el antifútbol... Hoy ya podéis opinar vosotros de lo que se ha visto en el campo”, decía Koke, el capitán del Atlético, después del partido.

El Atlético perdió la batalla del tiempo y lo hizo contra un rival que utilizó algunas de las habituales armas del equipo del Cholo. Se lamentaban los jugadores y el entrenador rojiblanco de los minutos perdidos por el City en el Metropolitano, pero salieron satisfechos después de haber regalado los primeros noventa en el City of Manchester.

Allí fueron los ingleses los que se quejaron de la actitud de los jugadores del Atlético. Y sobre eso versaron muchas de las preguntas que le hicieron a Guardiola en la conferencia de prensa previa al encuentro de vuelta. Se quejaban los periodistas ingleses del pelotazo de Correa a Grealish en particular y de la manera de comportarse de los jugadores del Atlético en general en lo que calificaban como una actitud provocadora.

Aquel día los futbolistas del Atlético y su entrenador salieron satisfechos de su desempeño y del resultado. Un gol en contra les parecía poco para el potencial ofensivo de su rival. Salieron a no encajar goles y regresaron con uno en su portería y el partido perdido. Pero nadie parecía darse cuenta. O a nadie parecía importarle.

La eliminatoria estaba donde el Atlético quería. Eso parecía. Pero el partido de vuelta demostró que el Atlético era capaz de hacer mucho más que defenderse con dos líneas de cinco por delante de Oblak y al borde de su área. Fueron a buscarlo en el Metropolitano y, en contra de lo que dice la teoría, al City le costó mucho más sacar la pelota de su área cuando el Atlético presionaba que a los rojiblancos jugar cuando eran los ingleses los que presionaban.

Y el Manchester City tuvo que dedicarse a otra cosa. “No teníamos otra, porque el Atlético estuvo brillantísimo. No me ha gustado nada defender así, pero no nos ha quedado otra, nosotros hemos estado mal y ellos bien. Aquí en el Wanda como lo viví en el Calderón, cuando este equipo tiene estos momentos es imparable. No me busquen. Yo lo que afirmé es que siempre ha pasado que cuando uno defiende muy bien es muy difícil, hace muchos años, hoy y muchos años atrás. Igual ellos quisieron atacar en el Eithad y no pudieron porque estuvimos bien. Le pongo mérito al Atlético, es el campeón de España. Sabíamos que iba a ser un partido difícil”. explicaba Guardiola después del partido.

“Es fútbol”, dice Guardiola. “Hemos pasado nosotros como que podían haber pasado ellos. Igual que hace años en Alemania [cuando entrenaba al Bayern] pasaron ellos como podíamos haber pasado nosotros”.

La eliminatoria deja la duda de qué hubiera pasado si el Atlético no hubiera dejado pasar los noventa minutos de Manchester como si fuera posible clasificarse sin marcar un gol. Es posible, pero para eso hay que pasar por cuatro horas de fútbol sin goles, los dos partidos y sus prórrogas correspondientes. Pero no hubo que llegar hasta ahí porque el City marcó un gol el día que el Atlético sólo se preocupaba de que eso no pasara. Cuando el Atlético fue a buscar la victoria fue mejor que su rival y estuvo cerca de forzar la prórroga.

La otra duda es qué pasa por la cabeza de Felipe para dejar a su equipo con diez cuando el partido se acababa y el juego estaba claramente inclinado hacia la portería del City. Y la duda, sobre todo, es por qué fue a buscar con tanta insistencia esa expulsión. El Atlético podía haber acabado ya con un jugador menos la primera parte después de la imprudencia del brasileño. El primer tantarantán que le dio a Foden por la espalda ya merecía una tarjeta amarilla. La primera que le mostraron, por una patada por detrás a De Bruyne en el centro del campo que no tenía mucho sentido debía haber sido la segunda. Y la patada a Foden en los minutos finales podía haberle valido la roja directa si el árbitro hubiera tenido en cuenta que la pelota ya no estaba en juego y se trataba de un acto de violencia gratuita.

La eliminatoria deja también cosas positivas para el Atlético, que demostró que sigue siendo un equipo capaz de competir con cualquiera. Ese fue el mayor mérito de Simeone en sus primeros años en el banquillo rojiblanco. Se comenzó a vivir con naturalidad que el equipo se relacionara en igualdad de condiciones con el Real Madrid y con el Barcelona. Pasaron 18 años desde la Liga que ganó Antic hasta la primera de Simeone. El Cholo ganó dos con una diferencia de siete años.

Y algo parecido sucede con las finales de la Copa de Europa. Había jugado una el Atlético en toda su historia. Simeone le llevó a dos en sus cuatro primeras temporadas completas en el banquillo. El espíritu de aquel equipo que parecía haberse olvidado después de ganar la Liga el año pasado ha regresado. Por eso dijo el Cholo después del partido: “La primera prioridad es ganar, la segunda sentirte orgulloso, y no tengo ninguna duda que siento orgullo del equipo del Atlético de Madrid, porque compite”.