Real Madrid

Francia

Benzema se reivindica

Karim Benzema durante la rueda de prensa durante la concentración de la selección francesa
Karim Benzema durante la rueda de prensa durante la concentración de la selección francesalarazon

Ronaldo es una máquina, es un monstruo; Di María es un trabajado habilidoso; Morata, un delantero centro clásico con hambre de gloria.

Ronaldo es una máquina, es un monstruo; Di María es un trabajado habilidoso; Morata, un delantero centro clásico con hambre de gloria. Pero ¿qué es Benzema, el futbolista en medio del debate del madridismo? Su camiseta dice que es un «9». Es decir, un delantero centro, un goleador. Sí, lo es, pero no del todo. ¿Un mediapunta, entonces? Tiene características por su calidad, pero tampoco es eso. ¿Qué es Benzema? ¿Qué eres?: «Hay delanteros que no marcan, pero que aportan otras cosas. Yo estoy en ese grupo», se definió ayer, desde la concentración de Francia. El delantero francés tiene un fútbol que muchas veces es indetectable para las defensas rivales pero, para su desgracia, a veces tampoco es entendido por la afición del Madrid. Necesita explicarse con palabras porque algún sector del estadio le ha puesto en el punto de mira y el debate sobre si tiene que jugar él o Morata persigue al francés aunque no haya fútbol hasta dentro de dos fines de semana y él esté concentrado con la selección para jugar un amistoso mañana y un partido oficial el martes.

Las estadísticas, que intentan descifrar algo tan inexplicable como el fútbol, dicen que no marca muchos goles, pero bajo los números no están todas las claves, se esconden otras cosas valiosas. No hablan ni sacan a la luz su incidencia en el ataque del Madrid, la serenidad que pone cuando al equipo le da el vértigo. Aporta clarividencia donde no todos son capaces.

Es un futbolista tímido, que ha hecho buenas migas con todo el vestuario del Madrid. Siempre con sus cascos, parece ajeno a lo que sucede alrededor. No lo está, pero que nadie espere de él un gesto populista para agradar. Que esperen fútbol y también goles, que llegarán. «Estas etapas forman parte de la carrera de un futbolista. Sólo queda seguir trabajando sin desanimarse. Es una cuestión de rachas. La actual con Francia (con la que no ha marcado desde junio) es la más larga de mi joven carrera, pero yo sigo trabajando. Esto es algo que no va a durar 10 años, que en algún momento se acabará. No tengo problemas para tener ocasiones, así que ahora depende de mí aprovecharlas», continuó explicándose ayer.

Lo bueno de su carácter es que, en medio del debate, él mantiene la calma y la sangre fría como hace dentro de un campo de fútbol. Él y también Morata, que ya ha dicho que reconoce la calidad de los futbolistas que tiene delante, y al que tampoco se le ve especialmente inquieto por lo que está sucediendo estos días: «Estoy tranquilo. La Selección me sirve para coger más confianza aún y afrontarlo en mi club», asegura el madridista en la concentración de la Sub'21. Como está tranquilo, el delantero juega mejor cada día: «Quizá en mi club he tenido tantas ganas de demostrar cosas que a veces eso me ha jugado malas pasadas, que no estuviera todo lo metido que necesitaba estar... Poco a poco estoy más tranquilo, con la Sub'21 disfruto y cojo también la forma».

A Morata, cada vez que sale al campo, se le ve con ganas de comerse el mundo, tiene la valentía de la juventud. Benzema es otro tipo de futbolista. Corre, pero no lo parece: «Por supuesto, soy el primer defensa, pero no hago el trabajo de un defensa o un centrocampista. No es una cuestión de actitud –respondió a una comparación con Di María–. Se puede hablar de actitud cuando un jugador no quiere jugar al fútbol, pero yo sí quiero. Corro diez kilómetros cada partido. Es injusto porque sí corro», explicó ayer. En las estadísticas de la Liga de Campeones, donde se puede ver la distancia recorrida, Benzema es el segundo futbolista del Madrid tras Di María. En dos partidos disputados, donde sólo se ha perdido nueve minutos, el francés ha recorrido 21.632 metros, es decir, un poquito más de diez kilómetros por encuentro. El problema de Benzema es que no lo parece, que no se fijan en él cuando hace ese trabajo. Sólo cuando no marca goles. Y ahí le han encasillado, a él, tan complejo de definir.