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F. C. Barcelona

El derbi es de Messi

El Barcelona despacha con facilidad una vez más al Espanyol con tres goles del argentino, el primero de ellos en fuera de juego

Messi y Dembélé chocan sus manos durante el partido de ayer en el Camp Nou larazon

El Barcelona despacha con facilidad una vez más al Espanyol con tres goles del argentino, el primero de ellos en fuera de juego.

El Barcelona despachó otro derbi ante el Espanyol con la facilidad habitual. No hay historia entre los dos vecinos, ni este partido es ahora mismo algo especial para los azulgrana. Se trata de un día más en la oficina, de sumar tres puntos y pensar en lo que viene. No está el horno del Barça para rotaciones, así que Valverde prescindió de ellas antes de abrir la Liga de Campeones frente a la Juventus. Es verdad que el Espanyol no asusta, pero tampoco era plan de reavivar un incendio que, una vez terminado el periodo de fichajes (de no fichajes en este caso) se va apagando. Dembélé esperó su oportunidad en el banquillo, mientras resolvía el de siempre. Centro del campo de gala, con Iniesta más fresco físicamente, y Messi con la libertad que más le gusta entre Luis Suárez y Deulofeu.

El canterano todavía no ha perdido oficialmente el puesto de titular, aunque es sólo cuestión de tiempo. Cumplió ayer por la derecha, en una noche que en otros tiempos fue grande y ahora es simplemente una más. La diferencia de potencial de ambos equipos es tan enorme que ni el balón que estrelló en el palo Piatti poco antes del descanso se intuía como una oportunidad perdida para meterse en el choque. Fue una de las pocas llegadas de los de Quique, que ya tenían en la mochila un doblete de Messi.

En Argentina se preguntan por qué con la selección sus futbolistas juegan tan gris y en cambio se liberan al volver a Europa. Una cuestión de difícil respuesta, pero que a Leo le pasa. En un momento liquidó al Espanyol con dos tantos, el primero aprovechando el despiste del linier, que no se dio cuenta de que estaba en fuera de juego cuando recibió el pase de Rakitic. No levantó la bandera el auxiliar, así que el «10» se dio la vuelta y fusiló a Pau por la escuadra. El Barça monopolizaba el 80 por ciento de la posesión de balón y el Espanyol sólo respiraba en alguna escapada individual de Leo Baptistao. Demasiado poco para hacer algo en el Camp Nou ante un Barça no brillante, pero sí enchufado.

Estaba ante la oportunidad de firmar el pleno en los tres primeros partidos de Liga y mejorar el panorama apocalíptico que había dejado la pretemporada y el mercado de verano. Así que al menos había que poner actitud y dejar que Messi hiciera el resto. Al Espanyol le temblaron las piernas en una salida a la contra del rival que no parecía demasiado peligrosa. Alba entró por la izquierda, hubo un rebote en Diop que se convirtió en un pase perfecto. Messi encontró un hueco y remató con habilidad por debajo de Pau. En poco más de media hora, otro derbi de la Ciudad Condal se había terminado, o al menos, estaba en chino para los periquitos. Una montaña enorme por delante y pocas ocasiones claras, mientras el Barça se iba soltando con el paso de los minutos y recuperando las buenas sensaciones.

Enredaba Luis Suárez arriba y rozó el tercero tantas veces como Messi. Entre ocasión y ocasión, el Camp Nou tenía espacio para mirar de reojo a la banda donde empezó a calentar Dembélé, el argumento más ilusionante para empezar a olvidar la traición de Neymar. Debutó el ex del Dortmund y también entraron Paulinho y Andre Gomes para que descansaran Busquets e Iniesta. Una noche redonda que no perturbó algún que otro despiste en defensa propio de la relajación.

El Barça tocaba y tocaba con el viento a favor, mientras el Espanyol sólo esperaba que sonara la campana para volver a su esquina y dejar de recibir golpes. Parecía que no habría tiempo para más que alguna carrera de la nueva estrella, aunque pudo demostrar su velocidad y verticalidad en la jugada del quinto gol, con su asistencia a Luis Suárez.

Messi había encontrado antes su «hat trick» con uno de esos remates que él hace sencillos, y también marcó Piqué en un día de reconciliación en el Camp Nou. Parece que llueve menos después de tres victorias en Liga y el liderato. La Juventus será el verdadero termómetro.