FC Barcelona

Japón

Dos mundos distintos

River Plate, apoyado por 20.000 hinchas, apela al corazón para sorprender a un Barça muy superior en la final del Mundial de Clubes

Neymar ha superado la rotura fibrilar que le apartó de la semifinal. Messi está mejor del cólico nefrítico. Ambos participaron en el entrenamiento oficial previo a la gran final
Neymar ha superado la rotura fibrilar que le apartó de la semifinal. Messi está mejor del cólico nefrítico. Ambos participaron en el entrenamiento oficial previo a la gran finallarazon

River Plate, apoyado por 20.000 hinchas, apela al corazón para sorprender a un Barça muy superior en la final del Mundial de Clubes

«Si el Deportivo le empató...». Los hinchas de River sueñan a la vez que hacen cuentas y casi ninguna de ellas les sale a favor en la comparación con el Barcelona. Después de una semifinal discreta ante el Sanfrecce Hiroshima, equipo local que buscó la sorpresa y estuvo cerca, todos los que sienten la banda roja saben que hoy serán ellos los «japoneses» que tratarán de romper las apuestas. El Barcelona es un gigante para la deprimida Liga argentina, desvirtuada de tanto exportar talento a edades cada vez más tempranas. Suárez se las arregló para golear él solito en semifinales y para la final tendrá la ayuda de Neymar y Messi, que se apuntaron al último entrenamiento oficial y no faltarán en la final de lo que puede ser el quinto título de un sextete que ya es imposible. La piedra del riñón no va a evitar que Messi sea titular, ni los problemas musculares van a dejar fuera a Ney. Luis Enrique podrá poner su equipo de gala, el que siempre elige para los días importantes, ya sean el clásico del Bernabéu o la «final del Mundo» como llaman a este partido en Argentina.

Y no sólo allí, en toda Suramérica, porque en ese lado del Atlántico este torneo nunca fue la Copa Toyota, por muchos millones que pagara el fabricante de coches en patrocinio y regalase uno de sus vehículos al jugador más valioso. En aquel fútbol, éste es el trofeo que los niños sueñan con ganar, como ha reconocido Luis Suárez, una oportunidad para la gloria y la reivindicación ante el poderoso fútbol europeo. A este lado del charco el «Mundialito» no se puede comparar con la final de la «Champions» ni con un título de Liga. Eso sí, una vez en Japón, como ahora el Barça, o en Marruecos, como el año pasado el Real Madrid, no hay más objetivo que ganarlo y certificar el reinado mundial. Ni aquí ni allí se desprecia este trofeo, pero la pasión llega desde América. En Yokohama hay 20.000 aficionados de River dispuestos a darle un «plus» a su equipo. Algunos han tenido que pedir prestado el dinero y uno de ellos, invidente, aseguraba en «La Nación», que viajó porque «tenía que sentirlo».

Es la ilusión el único apartado en el que los «Millonarios» parten con ventaja en los análisis previos. Su entrenador, Marcelo Gallardo, en el banquillo en la final que en 1997 River perdió con la Juventus, reclamó algo de protagonismo para los suyos, por mucho que el Barça sea superfavorito. «Ellos tienen a los mejores futbolistas y nosotros, un gran corazón. Saldremos con la mentalidad ganadora de otras finales, desde la humildad, la intensidad y la inteligencia. Debemos hacer un partido perfecto para tener opciones, pero es una oportunidad que se da una vez en la vida. No es sólo un partido histórico para nosotros, lo es para todo el fútbol argentino», analizó el «Muñeco». Este River no tiene grandes estrellas ni un talento desbordante, pero sí ha demostrado ser fiable en los días que hay copas en juego. Kranevitter, fichaje invernal del Atlético de Madrid, aunque podría acabar cedido en el Celta si llega Augusto Fernández al Manzanares, es su mediocentro, al que ayuda en el doble pivote Ponzio, ex del Zaragoza. Saviola y Lucho González han vuelto de Europa para acabar sus carreras en casa, pero no tienen la edad ni el rendimiento que les permitió ser importantes en el Viejo Continente.

En la semifinal, River sobrevivió gracias al olfato de gol del delantero Alario y las paradas del «Trapito» Barovero, capitán y futbolista clave en este River. «Habrá que hacerle una estatua junto a la de Labruna», bromeó el presidente riverplatense, Rodolfo D’Onofrio, después de su actuación en Yokohama. No está entre las preferencias del «Tata» Martino, pero tiene nivel de sobra para la albiceleste. La experiencia y carácter de Maidana son básicas también en defensa para un grupo lejos de los lujos del Barcelona, pero que «no se va a dejar atropellar».

Suárez... Neymar y Messi

Luis Enrique admite que su equipo será el que tenga más posesión, porque River preferirá esperar y defender más atrás, pero no cree que exista un favorito para la final. El técnico azulgrana podrá alinear a su tridente ofensivo, una vez que Messi y Neymar están recuperados de sus respectivas dolencias.